El filósofo francés, Fabrice Hadjadj, reflexiona en COPE sobre la postura del católico en este tiempo de crispación y desesperanza
Es uno de los pensadores más reconocidos de los últimos tiempos. Su conversión hizo que cambiase el punto de vista de lo que pensaba y ahora debate sobre algunos de los temas más influyentes de nuestro siglo.
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El francés Fabrice Hadjadj es una de las grandes mentes del catolicismo a nivel mundial, hijo de judíos tunecinos, militó en la extrema izquierda hasta que llegó su conversión. Hemos tenido la oportunidad de compartir unos minutos con él en COPE y TRECE en el marco de 'Encuentro Madrid' para conocer su postura como católico en una Europa y un mundo que se encuentra ante una caída inminente de los valores cristianos y en el que el mal parece haber adquirido un protagonismo imperativo en diferentes aspectos.
¿Qué es ser católico?
Hemos aprovechado la oportunidad para preguntar a nuestro invitado cuál es el significado de vivir conforme a un católico lo hace, lo que quiere decir realmente ser católico:" ¿Qué es ser cristiano católico? Creer en el Dios creador. Acogemos a todas las criaturas, cada una según su naturaleza y misterio. Quiere decir creer en el Dios que se ha hecho hombre para salvarnos. Quiere decir que nos volvemos hacia los pecadores. Porque el médico ha venido para salvar a los enfermos. Si amo al Salvador, tengo que amar aquellos a los que ha venido a salvar. Pero es también el verbo que se ha encarnado. Por tanto, ser católico es tener este sentido de la encarnación, de la carne, de Dios que ha querido pasar a través de los hombres por una jerarquía. Por lo tanto, es el sentido de la Iglesia. Tener el sentido de la Iglesia no es tener el sentido de una institución, de una administración, sino que es el realismo de la encarnación, el cuerpo de Cristo", afirmaba el filósofo francés.
¿Cómo llegó la conversión de fabrice?
Además, la conversión del filósofo francés es otra de las cuestiones que hacen más atractivo el perfil del director del Instituto Philanthropos: "Siempre tengo miedo de un relato que culminaría en la conversión. Está aquello que llamamos conciencia. En realidad, Dios nos convierte con todas las cosas. Ha habido un momento en el que toda la realidad se ha ordenado y parecía que conducía a Cristo. Si subrayo un momento muy importante, reflexiono sobre el problema del hombre en la actualidad el hombre ante el poder de las máquinas. Me pregunté qué es lo propio del hombre. ¿Acaso la finalidad del hombre es integrarse en el mundo como como un mecanismo, como un artefacto? Y en un momento determinado yo dije El hombre del que hablo es el que está en la cruz, el hombre que resiste a la tenaza del capitalismo, de la tecnología del mundo. Y es así como resonó a mí el 'Ecce Homo", afirmaba a los micrófonos de COPE el célebre filósofo francés.
¿Es posible la conversión sin experimentar la soledad y el sufrimiento?
Durante la entrevista, también hicimos hincapié sobre la cuestión de lo que significa experimentar una conversión, algo sobre lo que Fabrice añadió que "Hay un solo modo de conversión. Yo creo que Dios se acerca a cada hombre y cada hombre tiene su propia conversión. De hecho, podríamos decir que la conversión que dura toda la vida es realmente la trayectoria singular de cada hombre. Para hablar de conversión no hay que utilizar denominación común, sino un nombre propio. Tu nombre propio es la historia de tu conversión. Por eso Cristo dice, "No os alegréis de que se sometan los ángeles, sino que vuestros nombres estén escritos en el cielo. Esto es lo que está en juego en toda conversión. Hay personas que se convierten a través del sufrimiento. Hay gente que se convierte por un momento de alegría, por la búsqueda de la verdad. Otros a través de la búsqueda de un éxito que han rezado. Han encontrado lo que querían. Creen en Dios y se han dado cuenta de que lo que pedían no era tan importante", añadía Hadjadj.
¿Dónde está Dios en el mal?
"El mal está desde el origen. La Biblia nos habla de masacres también. Cristo mismo en la cruz preguntó, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Hay dos actitudes ante llevan a dos objeciones que entre sí son contradictorias. Unos dicen, "Si hay mal en el mundo, no puede haber Dios." Y otros dicen, "Habéis inventado a Dios porque hay mal en el mundo." Hay que discernir si el mal provoca que nos inventemos a Dios o es la objeción a la existencia de Dios", afirmaba el
¿Cuál tiene que ser la actitud de un cristiano europeo en estos momentos?
Ante la inminente caída de los valores en la sociedad Occidental, una época marcada por la desesperanza y la convulsión, el filósofo también reflexionaba sobre la actitud que deberían mostrar los católicos ante este panorama que, a priori, es desolador. "Los jóvenes de hoy ya no creen en el progreso. Aún teniendo una adicción por la tecnología, no creen en la innovación tecnológica. Ahí en primer lugar una profunda desesperación en Europa. Desde el punto de vista geopolítico y del desarrollo económico, se ve que hay una degradación de Europa. También asistimos a la desaparición de las utopías en Europa".
la actitud de la iglesia católica ante los abusos
"Hay que distinguir dos niveles. Está la cuestión de la justicia humana en la que hay victimas y culpables, donde la verdad se tiene que poner de manifiesto, que se ha juzgado en los tribunales civiles y eclesiásticos. Tenemos que hacer todo lo que está en nuestra mano para que esta justicia humana se haga realidad. Pero luego hay otro nivel que es saber el sentido espiritual de estas cuestiones. Esto es otra cuestión totalmente diferente. ¿Qué ha hecho posible estos abusos?, afirmaba Hadjadj ante la pregunta de cómo debe actuar la Iglesia ante el drama y la tragedia que suponen los abusos en su seno.
¿es el aborto una batalla perdida en nuestro continente?
Además, también hemos preguntado a nuestro invitado sobre otro de los grandes dramas del siglo XXI .En España, se producen más de 100.000 abortos al año. En Francia, en Europa, se habla del aborto como derecho y aquí parece una batalla perdida, añadiendo así Hadjadj que "nos damos cuenta de que hay algo más profundo que el problema del aborto. Es más bien la desesperanza respecto a dar la vida. Podría no haber abortos, pero podríamos tener falta de natalidad en Europa y hoy en día lo que vemos en Europa es esta crisis de la natalidad. Si mantenemos las tasas de natalidad actuales, la población europea desaparecerá en 100, 200 años. Esto es un drama que vemos en otros países como Japón. La pregunta es, ¿Cuál es el origen de esta falta de natalidad?, finalizaba Fabrice Hadjadj.