La historia de Lucía María, una joven que tuvo su primer hijo a los 15 años: "Lo que merece la pena cuesta"

Lucía María es una chica de 22 años con tres hijos. El primero lo tuvo muy joven, a los 15 años, y en esos momentos no sabía muy bien dónde acudir. En Albacete conoció a Paloma, que lleva el programa Red Madre en la ciudad. Lucía le contó su historia y Paloma no dudó un segundo en acompañarla durante todo su embarazo, llegando incluso a acompañarla a alguna revisión y le ayudó, sobre todo, a contárselo a su familia.

Al principio su familia estuvo muy reticente, más que nada por lo joven que era ella, y Paloma fue ese apoyo, esa fuerza que a ella le faltaba «para poder seguir adelante porque realmente no encontraba un apoyo firme». A su alrededor, Lucía tenía amigas que estaban de acuerdo con ella, otras que le decían que el nacimiento de un hijo le iba a condicionar su futuro, que se iba a arrepentir.

Ellos fueron “el apoyo que a mí me hacía falta para tirar para adelante”. “Luego —como dice Lucía— sí que es cierto que el tiempo pone todo en su lugar y poco a poco mi familia se fue haciendo a la idea y en cuanto dio a luz el bebé y lo conocieron todo fue alegría y un cambio absoluto”. Lo que más ha aprendido Lucía durante estos años es a “ser consecuente con lo que haces” y una cosa que tenía muy claro desde el principio “es que por hacer las cosas yo mal, un inocente y mucho menos mi hijo no iba a pagar por mis errores”.

A su vez, ahora Lucía ayuda a otras chicas que están viviendo la misma situación: “Empezó todo porque en mi instituto una compañera estaba pasando por lo mismo que yo e intenté apoyarla. Luego es verdad que desde la asociación se encargan de promoverlo todo, de ponerse en contacto con ellas y de ayudarlas tanto moralmente, que es la cosa más importante, como también a nivel de provisiones, si las chicas necesitan pañales, ropa…”.

Una “auténtica lástima”

Sobre la nueva Ley del Aborto, Lucía cree que todo lo que está pasando es una “auténtica lástima”: “La gente yo creo habla desde la ignorancia o creyéndose que eso les va a dar más libertad y es todo lo contrario”. Lo que tiene claro Lucía es que «si supiéramos y tuviéramos el convencimiento real de que la vida empieza en el momento de la concepción, no habría ninguna duda y ni habría margen de error. Sobre todo si fuéramos conscientes del auténtico milagro que es dar vida, es que no tendríamos ninguna duda”.

Lucía, antes de despedirse, quiere enviar un mensaje a todas las mujeres que están pasando por la misma situación que ella vivió hace algunos años: “No es fácil, pero merece la pena, todo lo bueno cuesta. Lo que merece la pena cuesta”.