Los 3 compromisos de la Iglesia durante la Semana Social de España para apostar por el diálogo como respuesta a la polarización

Concluye el encuentro organizado por la Conferencia Episcopal Española con propuestas para potenciar el diálogo público, apoyar a los laicos en la vida pública y promover la Doctrina Social de la Iglesia

 Archidiócesis de Valladolid

Luis Argüello, presidente de la CEE y arzobispo de Valladolid; junto a Bernardito Auza, nuncio apostólico; Jesús Avezuela, presidente de Semanas Sociales; y el consejero de la presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Miguel González Gago

Redacción Religión

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La XLIV Semana Social de España, organizada pro la Conferencia Episcopal Española y celebrada en Valladolid los días 8 y 9 de noviembre, ha finalizado con un fuerte compromiso de la Iglesia en promover el diálogo como herramienta clave para superar la polarización social y construir una sociedad más justa. El evento, que ha reunido a representantes de 25 diócesis e instituciones de la Iglesia en España, se ha celebrado bajo el lema "El diálogo, camino para la Iglesia", y ha tenido el objetivo de subrayar la importancia de la escucha y la pluralidad en el contexto de una sociedad marcada por profundas divisiones, según se expresa en el documento final de las jornadas.

Durante las jornadas, se ha reflexionado sobre cómo la sociedad española atraviesa profundas divisiones alimentadas por la lucha partidista, el mundo tecnodigital y sus formas de relación y comunicación, el papel de los medios de comunicación convencionales, las brechas socioeconómicas, la preponderancia de las emociones en la vida pública, la falta de procesos educativos para el diálogo y la ausencia de liderazgos éticos, cívicos y eclesiales.

Como se expresa en el documento final, estas dinámicas refuerzan las desigualdades y la exclusión, y dificultan alcanzar una base común para el diálogo y la deliberación. En este clima de desencuentro, la Iglesia también ha sido afectada: se subraya la falta de escucha hacia el laicado, en especial hacia las mujeres y las personas que sufren pobreza, quienes suelen ver desatendidas sus voces en los espacios de toma de decisiones eclesiales.

los Tres compromisos de iglesia en la Semana Social

  1. Acompañar a quienes se comprometen con la vida pública: Apoyar a quienes participan activamente en el ámbito público y promueven el bien común. En este sentido, se ha reflexionando sobre la importancia de brindar respaldo a los cristianos que asumen la "caridad política" como una vocación al servicio de todos, y promueven el diálogo en el mundo de la política, la cultura, y las instituciones sociales.
  2. Fortalecer la formación del laicado: La Iglesia también considera esencial potenciar la formación del laicado en temas de Doctrina Social y en el ejercicio del diálogo, capacitándolo para asumir un papel activo en la transformación social y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
  3. Promover la Doctrina Social de la Iglesia como base para el diálogo: La Doctrina Social como un recurso clave para el diálogo con el mundo, y para ofrecer un marco ético para abordar cuestiones de justicia, paz, y cuidado de la creación. Este compromiso incluye desarrollar estructuras de diálogo y corresponsabilidad en las que se promueva una "profecía social" alineada con los valores evangélicos, y se anima a los fieles a implicarse activamente en la vida pública y en el compromiso por la justicia social.

 

 

El documento final de la Semana Social pone de relieve la importancia de crear espacios de encuentro en el ámbito socio-cultural y político, donde sea posible dialogar, deliberar y construir en conjunto el bien común. Además, se subraya que estos espacios deben ser "escuelas cívicas" donde se aprenda a valorar y respetar la diversidad en un marco de diálogo ético y sincero.

Además, la Iglesia apuesta por fomentar en sus estructuras internas una “presencia cualificada” en el ámbito de la exclusión y el sufrimiento, y promover no sólo asistencia, sino también la participación y la ciudadanía activa de quienes viven en condiciones de pobreza o marginación. El documento señala que “el diálogo comienza por escuchar el sufrimiento y las ‘razones’ del otro”, en consonancia con el ejemplo de Jesús en el Evangelio.