La incapacidad de amar en la adversidad, ¿posible causa del descenso de enlaces matrimoniales por la Iglesia?
El sacerdote Patxi Bronchalo ha publicado el libro 'El amor no se acaba: el matrimonio a la luz del amor de Dios', donde profundiza en el significado del sacramento matrimonial
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El número de enlaces matrimoniales por la iglesia ha caído en los últimos años. Según datos de la Memoria de Actividades de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española, en el año 2021 se oficiaron un total de 12.679 bodas, frente a las 51.810 del año 2015 o las 113.187 de 2007.
Los jóvenes cada vez recurren menos al altar para darse el 'sí quiero'. Se puede decir que casarse hoy por la iglesia es ir a contracorriente. En este contexto el sacerdote Patxi Bronchalo, vicario de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Valdemoro ha publicado el libro 'El amor no se acaba: el matrimonio a la luz del amor de Dios', donde explica el significado del amor verdadero y de la importancia de este sacramento.
“En el mundo actual el amor ha dejado de ser el pilar sólido y seguro sobre el que construir la propia vida para convertirse en algo líquido y cambiante que depende del capricho de las emociones. Sin embargo, nosotros no hemos inventado el amor. En la Sagrada Escritura se nos dice que Dios es amor. Por eso, amarse bien en el matrimonio es amar como Dios nos ama, viendo a la otra persona en toda su belleza, tal como el Señor la ha pensado, la ha creado y la ve. ¡Siempre con ojos de enamorado!”, se puede leer en el prólogo de la publicación de la editorial Nueva Eva'.
Tres factores que explican el descenso de enlaces matrimoniales por la iglesia
La destrucción de la familia, las dificultades que viven los jóvenes en el mundo de hoy o la secularización son los tres factores que, a juicio del autor de 'El amor no se acaba: el matrimonio a la luz del amor de Dios' explicaría este descenso de enlaces por la iglesia: “Cada vez más personas tienen heridas intrafamiliares por separaciones en las casas, lo que lleva a muchos jóvenes a no creer en ese amor para siempre. Luego está la sociedad que va muy deprisa, los jóvenes no tienen fácil entrar en el mercado laboral, comprar una casa, van viviendo al día y no piensan en lo importante de darse el 'sí quiero' para conseguir estabilidad. Y luego está la ausencia de Dios en la sociedad”, ha explicado el sacerdote en declaraciones a ECCLESIA.
Por ello, el libro también ofrece testimonios de matrimonios que cuentan esa experiencia de amor tanto a Dios como a su pareja: “No hay que tener miedo a dar una palabra de que se puede amar al otro para siempre, aunque a veces sea difícil por dejarnos por llevar por el sentimiento de querer vivir otra vida. Es tiempo de que los matrimonios den ese testimonio a los jóvenes y poder educarles en el amar para siempre, no sin dificultad”, ha argumentado Patxi Bronchalo.
Dialogar: el mejor consejo para un amor duradero
Con la llegada de la primavera el número de bodas se dispara. A los futuros contrayentes, el vicario de Nuestra Señora de la Asunción de Valdemoro les recomienda “honestidad, un amor fuerte, fiel y fecundo”. Para lograrlo, la receta del sacerdote es dialogar mucho.
“Que hablen todo, que se quieran en lo bueno y lo malo, amar al otro con los defectos que tiene esa persona. Que expresen de antemano los principios que son irrenunciables en el matrimonio. A veces pensamos que cuando nos casamos todo va a cambiar, que vas a cambiar a una persona o se va a arreglar un problema. Hay que hablar mucho para aprender a quererse”, ha sostenido.
¿Por qué en España hay tantos divorcios?
Preguntado si es la falta de diálogo o de conocimiento profundo de la pareja el motivo de tantos divorcios, el autor de 'El amor no se acaba: el matrimonio a la luz del amor de Dios' cree que podría ser una explicación, aunque a su juicio el principal problema es la falta de disposición de amar a la pareja en la adversidad: “Hay falta de un amor maduro. Decimos de amar en lo malo, en la enfermedad, en la adversidad... Es bonito decirlo pero difícil de vivir. Hay inmadurez porque esos principios de la boda no se asumen realmente en el corazón, no se está dispuesto realmente”.