Las diócesis ofrecen plazas de acogida a migrantes para descongestionar la situación en Canarias

La Iglesia española ya ha puesto en marcha los corredores de hospitalidad que se enmarca en el proyecto de solidaridad interdiocesana por el que las diócesis de la Península ofrece plazas de acogida para los migrantes llegados a las costas canarias.

En 'ECCLESIA AL DÍA', el director del departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, Xavier Gómez, ha explicado que se trata de un proyecto entre las diócesis canarias y las de la Península por el que “entidades que en la Península que puedan ofrecer plazas de acogida para emprender un proceso personalizado y acompañado de personas sean trasladados”.

En cuanto al perfil al que se le da prioridad es el de jóvenes extutelados en situación de riesgo de vulnerabilidad: “La demanda que hace la Iglesia en todo el mundo es trabajar en vías legales y seguras para que la migración y la gestión de los flujos migratorios tengan un rostro más humano”, ha sostenido Gómez en TRECE.

Y es que como ha explicado el responsable de Migraciones del episcopado, el objetivo de la Iglesia es encarnar los cuatro verbos que expuso el Papa Francisco, la de “acoger, proteger, promover e integrar a todos los que llegan”. En esta línea, Xavier Gómez ha recordado que la Iglesia de nuestro país también forma parte de un proyecto de red eclesial en el que están integrados diez países concernido por la ruta atlántica: “Queremos entrar en diálogo con la realidad de los países. Es escuchar a los países de origen, escuchar a los que emigran y luego ver cómo integrarles”, ha comentado.

Preguntado por la situación que se está viviendo en Canarias tras la llegada masiva de migrantes, Xavier Gómez ha advertido que la atención es deficiente, tal y como ha alertado la propia diócesis insular: “Falta asistencia letrada en el muelle, los centros de acogida están sobrepasados y está la preocupación por que los migrantes conozcan sus propios derechos, porque sino están vendidos”, ha reconocido.

Y es que como ha asegurado, los migrantes se juegan la vida durante el trayecto desde África a las costas canarias: “Es durísimo y arriegado. Si tienen suerte con el buen tiempo los cayucos llegan a las costas canarias, pero una mala mar les puede atraer a mares interiores que se pierden para siempre. Tenemos que recordar que llegan mujeres y niños a veces sin familia. Hay 4.000 menores en los centros y es imposible así hacer una atención personalizada. Esto requiere sintonía de las administraciones para ampliar un modelo de acogida más eficiente”, ha opinado el director de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española en 'ECCLESIA AL DÍA'.