La leyenda que esconde la “Campana Perdida” que ha regresado a Santa María la Mayor de Roma

La campana pertenece a la iglesia construida después de que la Virgen se le apareciera en sueños al Papa Liberio en el año 358, cuando Roma se cubrió de blanco en pleno verano

La leyenda que esconde la “Campana Perdida” que ha regresado a Santa María la Mayor de Roma

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Cuenta la tradición que hace 1662 años, Roma, en pleno verano, se cubrió de blanco. Era el 5 de agosto de 358. Aquel día la Virgen María se le apareció en un sueño al Papa Liberio y a un rico patricio romano, que se llamaba Juan. Les pidió que se construyera una iglesia en el lugar donde al día siguiente se encontraría nieve fresca.

En la mañana del 5 de agosto, el monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma se cubrió milagrosamente de nieve. Desde entonces, los romanos recuerdan aquel acontecimiento como "el milagro de la nieve" y en esa jornada se celebra la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor.

Su campanario de estilo románico renacentista, encargado por Gregorio XI a su regreso de Aviñón, es el más antiguo de Roma. Una de sus cinco campanas, "la sperduta", sonaba cada noche a las nueve en punto de la noche. Esta campana fue construida en 1289 por el maestro campanero Guidotto Pisano junto a su hijo Andrea, fruto de una donación del senador romano Pandolfo Savelli. Para su ejecución los artistas refundieron una antigua campana de la época del Papa Calixto II (1119-1124).

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Una curiosa leyenda, que arranca en el siglo XVI

Parece ser que una peregrina había viajado a pie hasta Roma para ganar la Indulgencia Plenaria visitando las llamadas basílicas mayores: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor.

A esta peregrina se le hizo de noche cuando atravesaba una zona deshabitada y comenzó a vagar por el campo, perdida y sola, sin esperanza de encontrar un lugar seguro donde pasar la noche, porque en aquella época pululaban los bandidos que asaltaban peregrinos.

En ese momento decidió encomendarse a la Virgen, y de repente, en el silencio de la noche escuchó el sonido de una campana que venía de muy lejos. Se dirigió hacia el lugar donde procedía la llamada y finalmente se encontró en la Piazza Santa Maria Maggiore. Era una hora poco habitual, porque la campana había sonado a las dos de la madrugada. En agradecimiento a la Virgen, esta peregrina dejó una renta a Santa María la Maggiore para que la campana siguiera sonando de forma interrumpida.

El regreso de La "Sperduta" a Santa Maria Maggiore después de 140 años

El tañido de las campanadas de la “Sperduta” estuvieron resonando cada día a las 09.00 de la noche hasta 1884, año en que tuvo que ser sustituida por una rotura sufrida por el desgaste del tiempo. El Papa León XIII decidió que fuera trasladada para su exposición a los Museos Vaticanos.

El pasado 21 de marzo, la Sperduta regresó a la Basílica de Santa Maria Maggiore, donde, a partir del 7 de abril, podrá ser visitada en el entorno del recorrido museístico de la Basílica que conduce a la Loggia delle Benedizioni.

Eso sí, a pesar de este paréntesis histórico, la campana que sustituyó a la Sperduta ha repicado sin descanso todos los días a las 21.00 horas, "en recuerdo de la historia de la peregrina que se perdió en la noche y que, gracias a los tañidos, encontró el camino de vuelta a la ciudad". Palabras del comunicado emitido por la propia Basílica, en el que se subraya que a partir de ahora, "la historia de la Sperduta no sólo se referirá a la joven peregrina, sino también a la propia campana histórica, que vuelve a la Basílica después de 140 años.

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