Luis Argüello recuerda a su amigo Enrique Prieto, militante cristiano: "Un compromiso de lucha"
Hoy conocemos el testimonio de un cristiano que ha dejado huella. Irene Pozo y Ana Medina entrevistan en TRECE a su hija Marta y a Rodrigo, miembro de Encuentro y Solidaridad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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TRECE se acerca a la figura de Enrique Prieto, hijo de una sirvienta y un chófer, militante en distintos movimientos de apostolado seglar, que ha dejado en la Iglesia española un importante testimonio de amor a los pobres y una llamada clara a la corresponsabilidad de los seglares
'Ecclesia al día' trae esta semana el testimonio de un cristiano que ha dejado huella. Enrique Prieto fallecía hace unos meses, pero el mensaje que intentó proclamar con su vida de entrega sigue vigente, más aún en camino irreversible de la sinodalidad.
En la historia reciente de la Iglesia española destaca el ejemplo de cristianos y cristianas que han hecho de su seguimiento de Jesús una escuela de santidad. Hoy recordamos a Enrique Prieto. Hijo de una sirvienta que acabó presidiendo la Hermandad Obrera de Acción Católica Femenina, bebió de su madre el deseo de tender puentes entre el Evangelio y el mundo obrero. Su solidaridad con los trabajadores le llevó a ser perseguido en su ámbito laboral, pero no disminuyó su compromiso. Militó en varios movimientos de apostolado seglar de defensa de los empobrecidos, entre los que destacan la editorial ZYX y el Movimiento Cultural Cristiano. En los 90, unió profesión y evangelización con la fundación de una empresa autogestionaria de detergentes. “COPÁN”. Ya jubilado, participó en la fundación del partido SAIn y la asociación Encuentro y Solidaridad. Hace unos meses, Enrique fallecía a causa de un cáncer, pero su vida no sólo ha enriquecido la fe y el compromiso de su familia, fruto de su matrimonio con Ángela, sino que es semilla del Reino de Dios para la Iglesia española.
Irene Pozo y Ana Medina entrevistan en TRECE a marta, una hija de Enrique; y a Rodrigo Lastra, miembro de Encuentro y Solidaridad. El mundo del trabajo fue el ámbito principal de apostolado de este madrileño. Militó en varios movimientos, impulsó acciones concretas para defender los derechos de los trabajadores y tuvo sobre él una gran influencia Guillermo Rovirosa, el principal impulsor de la Hermandad Obrera. Enrique pone rostro a una corriente histórica de asunción de responsabilidad por parte de los laicos y de promoción de los pobres, como expresa Agustín Ndour, el primer candidato africano a la presidencia de Gobierno de España, promotor de iniciativas en favor de los Migrantes y el respeto a sus derechos, que interviene también en el programa.
"Un compromiso de lucha sin abandonar un filial amor a la Iglesia"
Suma su voz un gran amigo de Enrique, Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid. Mons. Argüello apuntaba que su amistad con Enrique se remonta a los años ochenta "En el ámbito del movimiento cultural cristiano, de una manera más amplia, de la militancia cristiana". Además, ha apuntado que le ha sorprendido de Enrique "su capacidad de unir trabajos, muchas veces manuales, con una inquietud espiritual e intelectual grande". "Como testimonio de su vivencia, de su militancia cristiana, destaco que al mismo tiempo de querer poner en marcha experiencias nuevas, incluso en el ámbito político o económico, ha llevado a cabo un estudio grande de la historia de la humanidad, de la Iglesia y de los místicos castellanos, tratando siempre de unir contemplación y lucha".
Con respecto al mensaje que Enrique dejó en la Iglesia, Mons.Argüello apunta que "el Concilio Vaticano II se gestó en gran parte por lo que significa el auge de la vocación laical, y vidas como la de Enrique son una expresión de esta llamada de la Iglesia a impulsar la vocación laical, la caridad social y política, la encarnación de la doctrina social de la Iglesia... este es su legado más importante. Uniendo este trabajo apostólico y testimonial a través de una inquietud grande por la vida mística (...). Un compromiso de lucha sin abandonar una filial amor a la Iglesia, un deseo de permanente conversión a Jesucristo y una mirada a los pobres de la Tierra". Añadía que "testimonios de vida como los de Enrique nos enseña que la caridad social y política es posible ser vivida por los laicos cristianos".
También figuras como la de José Antonio Langa, miembro del Movimiento Cultural Cristiano, en el que Enrique también vivió gran parte de su vida de fe.
Rodrigo Lastra y Marta Prieto comparten con los espectadores de TRECE el mensaje que la vida de Enrique ha dejado en su familia, a su mujer Ángela y a sus hijas Mónica, Marta, Isabel, Ángela y María. También en los movimientos en que participó y, por extensión, en la Iglesia, como seglar comprometido con el Evangelio. Después de muchos avatares laborales, fundó COPÁN, una empresa de detergentes autogestionaria, ecológica, respetuosa con sus trabajadores y con el medio ambiente, siendo precursor de una corriente de cuidado del planeta que ya es una realidad entre nosotros.