Mons. Luis Argüello recuerda que “es necesaria una campaña global contra el virus” para salir de la pandemia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido en infinidad de ocasiones que si la campaña de vacunación contra la covid-19 no se realiza a nivel mundial, de poco servirá, por lo que la pandemia estaría entre nosotros más tiempo del deseable. La desigualdad en el ritmo de vacunación es abismal entre los países pobres y desarrollados.

Mientras decenas de países alrededor del mundo apenas han logrado vacunar a poco más del 1% de su población contra el coronavirus, ya hay países que están planificando administrar una tercera dosis de refuerzo.

Una idea que la OMS no avala. De hecho, ha hecho un llamamiento a postergar cualquier refuerzo al menos hasta finales de septiembre, con el fin de que al menos el 10% de la población de cada país sea vacunada.

Ni siquiera el personal sanitario de buena parte de los países africanos están vacunados. Así las cosas, todo parece indicar el fracaso de la alianza del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (COVAX), de la que forma parte, entre otras organizaciones, la OMS.

Los datos hablan por sí solos: de los 640 millones de dosis que debían entregarse a principios de agosto a los países menos desarrollados, solo han llegado 163 millones. Según las estimaciones de la OMS, se necesitarán unos 11.000 millones de dosis para acabar con la pandemia en todo el mundo. Los países industrializados del G7 tan solo han prometido 1.000 millones, con Estados Unidos y Alemania a la cabeza.

Desde el momento en el que las primeras vacunas llegaron al mercado, la Iglesia siempre ha manifestado la necesidad de que el acceso a la inmunización contra la covid-19 sea equitativo, sin distinción entre países. Un hecho que, hasta el momento, no ha sido así, tal y como ha recordado en su cuenta de Twitter el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, quien recuerda que “es necesaria una campaña global contra el virus”.

Una campaña que, como manifiesta el portavoz de los obispos españoles, se ha de realizar “por fraternidad, pero también por propio interés”. Asimismo, el también obispo auxiliar de Valladolid recalca que “el virus no respeta las fronteras, pero las banderas o las banderitas, no quieren ofrecer una respuesta global”.