El obispo de Cartagena en la celebración de San Fulgencio: “Debe ser un espejo donde nos miremos”

La diócesis de Cartagena celebra hoy la fiesta de su patrón con una procesión y la celebración de la Eucaristía por el rito hispano-mozárabe y la degustación del boniato dulce

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Redacción Religión

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“En este día de fiesta, por san Fulgencio, abramos bien los ojos y veamos cómo él respondió generosamente al amor de Cristo, cómo lo vivió y cómo lo predicó”. Así exhortaba esta mañana el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, a la Iglesia diocesana en la fiesta de su santo patrón, San Fulgencio.

A las 11:00 horas ha comenzado la celebración con la tradicional procesión de la urna que contiene las reliquias de San Fulgencio por el interior de la Catedral. Una urna de plata realizada por Víctor Pérez, platero de la corte de la reina Isabel II. Los diáconos eran los encargados de portar sobre sus hombros las reliquias de quien por dos veces fue obispo de Cartagena. Tras la procesión, ha dado comienzo la celebración de la Eucaristía por el rito hispano-mozárabe, presidida por el obispo de Cartagena, acompañado por el arzobispo emérito de Burgos, el Cabildo Catedralicio, el Consejo Episcopal y un gran número de sacerdotes.

“Un espejo donde nos miremos”

La figura de San Fulgencio, recio defensor de la fe y fiel a la voluntad de Dios, debe ser un espejo donde nos miremos, porque nos servirá de modelo de vida en la entrega y en la respuesta a Dios. Una respuesta que pasa por una mayor fortaleza en la vida de fe y coherencia para vivirla”, explicaba Lorca Planes. El prelado ha invitado a quienes participaban en la celebración a centralizar sus vidas en Cristo. “Queridos hermanos, en esta fiesta de san Fulgencio, aprendamos a seguir los pasos del Señor, aunque sea en el silencio de nuestras limitaciones, que siempre contamos con la ayuda divina”.

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Tras la Misa, el patio del Palacio Episcopal ha acogido la degustación del boniato dulce y la mistela, el postre con el que antiguamente los seminaristas celebraban este día. De esta manera se recuperaba, después de dos años, la tradición de ofrecer a todos los fieles este postre. Este año, Confitería Luis Miguel, en colaboración con Cocina Nueva Mediterránea, ha sido la encargada de realizar esta dulce receta. Durante más de 30 horas, los boniatos se han confitado con naranja, limón, canela y azúcar moreno. Una larga y lenta elaboración que ha vuelto a endulzar los paladares de quienes hoy han celebrado la fiesta de San Fulgencio.