Olalla Rodríguez, miembro del equipo sinodal de la CEE: "Caminamos juntos y formamos parte de algo histórico"

Este sábado, 11 de junio, tiene lugar la Asamblea Final del Sínodo. La Fundación Pablo VI reúne a representantes de todas las diócesis, de las congregaciones religiosas, de movimientos y los distintos grupos eclesiales.

Con este encuentro se clausura la fase diocesana del Sínodo, que se inició el 17 de octubre de 2021. Durante estos siete meses se ha realizado un proceso de escucha y discernimiento, que se ha concretado en la recopilación del trabajo de las asambleas particulares celebradas en las 70 diócesis españolas que han participado en este proceso sinodal.

Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica, ha trabajado durante todos estos meses en el equipo sinodal de la CEE y, tras 8 meses de trabajo, asegura haber vivido una “experiencia muy enriquecedora y sinodal en toda regla […] como joven, tener la oportunidad de estar compartiendo el trabajo con obispos, sacerdotes, hermanas consagradas y otros laicos ha sido muy bonito […] si echo la vista atrás la sensación que tengo es que esto solo puede pasar en la Iglesia”.

Olalla asegura que “8 personas que no nos conocemos de nada, que cada una está en un lugar totalmente distinto, sirviendo en la Iglesia desde diferentes modos y que podamos trabajar juntos de esta manera solo puede pasar gracias al Espíritu Santo porque no es algo normal. Ha sido una muy buena experiencia”.

Sobre esta Asamblea Final del Sínodo, Olalla asegura que espera que sea “más una experiencia, que un evento. No se trata de lo que va a ocurrir, sino lo que a nivel profundo esto significa para el pueblo de Dios que peregrina en España, y para nosotros como cristianos. Realmente todos caminamos juntos y formamos parte de este momento histórico, y Dios nos habla a través de ese encontrarnos”.

Todo el trabajo del equipo sinodal de la CEE ha tenido dos elementos fundamentales: “En la primera parte del Sínodo nuestro papel y nuestra tarea ha sido más bine impulsar, animar y motivar a las diócesis para que se pusieran en marcha. En cambio estas últimas semanas el trabajo más intenso ha sido recoger todas las aportaciones de las diócesis y hacer un trabajo minucioso de escucha de esas aportaciones, y efectivamente de ahí poder hacer un ejercicio de discernimiento de escuchar todo lo que la Iglesia está diciendo a través de las aportaciones”.

Olalla subraya como “las inquietudes que traen las diócesis son muy distintas y cada diócesis aportan sus matices y pueden estar mediatizadas por aspectos socio-demográficas, por cuestione también históricas, pero al final tanto las similitudes como las diferencias, nosotros las entendemos como parte de esa escucha sinodal [...] Es verdad que quizás hay diócesis que traen las preocupaciones de la España rural por su experiencia, pero se trata que esta preocupación sea una preocupación de todo el pueblo de Dios”.