Omella reivindica a San Isidro cuando se acerca su celebración y pide que por su intercesión vuelva la lluvia

El arzobispo de Barcelona recuerda que el 15 de mayo se clausura el Año Jubilar que el Papa Francisco concedió a Madrid para celebrar los 400 años de su canonización

Omella reivindica a San Isidro cuando se acerca su celebración y pide que por su intercesión vuelva la lluvia

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, ha dedicado su carta dominical a la figura de San Isidro, cuando apenas queda una semana para que se clausure el Año Jubilar que concedió a Madrid el Papa Francisco para celebrar los 400 años de su canonización, y para pedir que por intercesión del santo vuelvan las lluvias que ponga fin a la sequía que padece España.

En su carta, Omella ha recordado que el 15 de mayo es jornada festiva en Madrid para celebrar el día de su patrón, al que define como “un hombre de campo y padre de familia”. Nacido en el seno de una familia humilde en el año 1080, el cardenal ha destacado de su vida que fue “un campesino de los alrededores de Madrid que trabajó toda su vida como jornalero. Se casó con María de la Cabeza, canonizada en 1697, tuvieron un hijo y se santificaron dentro de la sencillez de la vida familiar y de su trabajo”.

Para el titular de la diócesis catalana, San Isidro sobresalió especialmente por “su piedad y misericordia”, y al que se le atribuyeron varios milagros de gran impacto en el imaginario popular. En este sentido, el cardenal Omella destacaba en su carta dominical el de “unos ángeles que le labraban las tierras mientras él oraba, para que no fuera acusado ante su dueño de muy piadoso y poco trabajador”.

Otro de sus milagros fue cuando hizo brotar agua de una roca viva para dar de beber a un sediento, siendo ese el motivo por el que los madrileños y visitantes se acercan cada 15 de mayo a la Pradera, en la orilla izquierda del río Manzanares para rezar sobre las tierras que el santo labraba, donde se encuentra su ermita y su fuente.

La devoción por San Isidro se extendió por España

El presidente del episcopado español ha hecho hincapié en que la devoción por el santo de Madrid se fue extendiendo por toda España, sobre todo a partir del siglo XVII, una vez que fue canonizado en 1622 por el Papa Gregorio XV. En el caso de Cataluña, en 1624 ya se le dedicó la primera capilla a San Isidro en Tossa de Mar.

“En nuestra diócesis, en Hospitalet de Llobregat, tenemos una parroquia dedicada a este santo. La devoción creció hasta el punto de desplazar progresivamente la veneración que los agricultores catalanes profesaban a san Galderico y a los santos Abdón y Senén”, ha recordado Juan José Omella en la carta dominical.

Continuaba argumentando Omella que este culto y devoción por el patrón de Madrid se extendió entre los trabajadores del campo más tarde, en el siglo XVIII, “hasta el punto de convertirse en el patrón indiscutible de los agricultores. Una muestra de su popularidad es la abundancia de imágenes y altares que le fueron dedicados en las iglesias rurales catalanas, así como la gran cantidad de procesiones, representaciones escenográficas, danzas y otras costumbres populares surgidas para honrar al santo. También se ponían bajo su advocación varias cofradías y asociaciones de campesinos”, ha expresado el arzobispo de Barcelona.

Para finalizar, el cardenal ha reclamado a los fieles pedir a Dios, por intercesión de San Isidro, que regresen las lluvias y ponga fin a la sequía que vive España, con especial agudeza en Cataluña: “Hagamos todo lo que esté en nuestras manos. Pidamos a Dios que, por intercesión de San Isidro, nos conceda el agua que tanto necesitamos. Que la lluvia sea signo del amor de Cristo, fuente de agua viva”, se puede leer en la carta dominical de Omella.

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