La Pastoral del Trabajo, alarmada ante el aumento de la siniestralidad laboral en España
La Subcomisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana publica una nota con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
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Durante 2022, en España murieron más dos personas cada día a causa de la siniestralidad laboral, registrándose 1.196.425 accidentes, más de 3.277 diarios, y se dieron 22.589 casos de enfermedad relacionada con el trabajo. La Iglesia en España se ha sentido interpelada ante estas alarmantes cifras, porque el cuidado de la vida implica cuidar la salud en el más amplio de los sentidos, también en el ámbito laboral.
Ante esta dolorosa circunstancia, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social han firmado una Nota para el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra el 28 de abril, y que cumple 20 años desde su proclamación por la Organización Internacional del Trabajo. ¡No más muertes en el Trabajo! Y esforcémonos en lograrlo es el título que encabeza este escrito y que recoge la llamada que hacía el Papa Francisco en su homilía de la Misa de Nochebuena 2021.
El encargado de presentar el documento ha sido monseñor Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo en nuestro país. Ha comenzado recordando que la vida es el mayor bien que atesoramos y que hemos de honrar viviéndola con dignidad: "La persona es el centro del trabajo y la vida, un bien sagrado desde la antropología cristiana".
Monseñor Martínez Varea ha señalado que la Doctrina Social de la Iglesia, en el número 301, ya recoge como uno de los derechos de los trabajadores "tener seguridad en el trabajo y que no se encuentre un accidente o la muerte", y ha explicado algunas de las medidas que la Iglesia cree que puede aportar en defensa de la salud y la seguridad: "Tenemos que colaborar en el cambio de mentalidad. No podemos pensar que las muertes en el trabajo son inevitables. La inmensa mayoría de enfermedades y accidentes son evitables si se cumple la normativa. También tenemos que reclamar a las administraciones públicas que velen por el cumplimiento de la legislación laboral, porque a veces no se aplica, o faltan de inspectores para el cumplimiento de esa legislación".
Los obispos también invitan a apoyar la labor de sindicatos y organizaciones empresariales: "Tuvimos un encuentro en el que compartimos y escuchamos lo que están haciendo en favor del cumplimiento de la normativa para erradicar los accidentes y las enfermedades en el trabajo, y fue muy interesante porque constatamos que hay un interés común. Nadie quiere que ocurran estos accidentes", ha explicado monseñor Martínez Varea.
Entre las causas que señalan los obispos para explicar este aumento en siniestralidad laboral, monseñor Martínez Varea ha señalado tres puntos: "La precarización del trabajo. El que los contratos sean temporales influye, porque 'tampoco hay que pedir demasiado, no sea que...'. Otro factor es que para determinados sectores, como la construcción, se necesitan más trabajadores y, al entrar nuevos trabajadores con menos experiencia, hay más probabilidades de que haya accidentes. Y también se nos ha dicho que no hay suficientes inspectores de Trabajo para estar vigilando el cumplimiento. No hay una sola causa de ese aumento".
El acompañamiento a las víctimas: "Que no se sientan solas"
Otra de las tareas que se plantean los obispos es la de visibilizar el drama que hay detrás de los accidentes laborales: "Detrás de los números hay personas, hay víctimas, hay familias. 826 muertes son 826 realidades muy dolorosas. Detrás de cada víctima quedan esposos, hijos... Tenemos que visibilizar que esto existe", ha señalado el obispo de Osma-Soria.
Y es que una de las demandas de las víctimas de accidentes laborales es la falta de acompañamiento que sufren: "Una de las reivindicaciones que hacían es que se habían sentido muy solos. Echaban en falta un acompañamiento posterior como personas que han sufrido una gran pérdida".
"Vi un reportaje hecho por la plataforma riojana 28-A con familiares de víctimas que me llamó la atención. Era reivindicativo con sus compensaciones, etc., pero sobre todo decían 'que no nos sintamos solos. Nos hemos sentido muy solos'. Ahí, tanto la administración como la Iglesia tenemos mucho que decir, en el acompañamiento de esas víctimas, tanto afectivo como espiritual para quien lo requiera. Que no se sientan solas", ha terminado monseñor Abilio Martínez Varea.