La Pastoral Penitenciaria agradece el gesto "de clemencia" del Papa Francisco: "Ojalá le hicieran caso"
"Yo me conformaría con que un solo Jefe de Estado lo considerara", explica el mercedario Florencio Roselló, director de este departamento de la Conferencia Episcopal
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"La petición del Papa Francisco en este tiempo de Navidad podía ser una ocasión privilegiada para tener un gesto de misericordia y clemencia con este tipo de penas y de personas". Así ha valorado Florencio Rosello, director de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal ha valorado la petición del Santo Padre con su carta.
Una misiva enviada a los Jefes de Estado de cara a estos días de la Navidad que propone "indultar" a "aquellos hermanos y hermanas que están privados de libertad y que se consideren idóneos para beneficiarse de tal medida, para que este tiempo marcado por tensiones, injusticias y conflictos se abra a la gracia que viene del Señor", según ingormó este lunes la oficina de prensa del Vaticano en un comunicado.
Otro tipo de pena es posible
Roselló explica que, precisamente, el reciente Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria "iba por este camino, pues pensamos que otro cumplimiento de pena es posible". En la actualidad hay presos y presas que están cumpliendo condenas en prisión "y que podrían hacerlo fuera". La petición del Papa Francisco en este tiempo de Navidad, explica el religioso mercedario, "podía ser una ocasión privilegiada para tener un gesto de misericordia y clemencia con este tipo de penas y de personas. Ojalá las palabras del Papa Francisco tengan acogida en alguno de los jefes de Estado. Yo me conformaría con que uno de ellos tomase en consideración las palabras del Papa. Feliz Navidad, especialmente para los hombres y mujeres en prisión".
Jubileo de la Misericordia
No es la primera vez que el pontífice hace una petición de este tipo. En 2016, Año Santo de la Misericordia, con motivo del Jubileo de los Presos , tras la Misa en San Pedro con los presos, Francisco instó también a los gobiernos a realizar "un acto de clemencia" por las personas encarceladas, al tiempo que lanzó un llamamiento en favor de la mejora de las condiciones de vida en los institutos penitenciarios de todo el mundo "para que se respete plenamente la dignidad humana de los presos".
La decisión del Papa recuerda a la realizada por san Juan Pablo II en el año 2000 con motivo del Jubileo en las cárceles. Fue a finales de junio y poco más de una semana después, el 9 de julio, el Papa polaco visitó la cárcel Regina Coeli de Roma, pidiendo "a las autoridades competentes" una reducción de la pena de los condenados que permitiera a los reclusos integrarse en la vida social una vez fuera de prisión. El 14 de noviembre de 2002, san Juan Pablo II reiteró su petición a los senadores y diputados con los que se reunió durante su visita al Parlamento italiano.