¿Quién era Toni Vadell?
Con 45 años fue nombrado obispo, convirtiéndose en uno de los pastores más jóvenes de España y potenciando desde el principio la Nueva Evangelización
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El obispo Vadell llegó como auxiliar a Barcelona en 2017, con 45 años, convirtiéndose en uno de los obispos más jóvenes de España. Por eso mismo, comenzó sus labores pastorales especialmente trabajando con los jóvenes y las personas más volcadas en nueva evangelización, entre otros ámbitos.
"No me lo esperaba para nada. En mi caso no había habido ni “quinielas”. Me sorprendió la llamada del nuncio. Y ¡obispo auxiliar de Barcelona!… siendo de un pueblo. A lo largo del verano antes de la ordenación me entró el miedo y me ayudó la palabra de un sacerdote amigo: “El Señor te ha llamado, fíate”. Me serenó mucho esta palabra del sacerdote. Me preocupaba perder la “cercanía con la gente”. Le pedí al Señor no perder esta cercanía para no 'perderme'", explicó en el momento de aquel anuncio.
Tras cuatro años en Barcelona, el obispo auxiliar declaró su “orgullo” por los curas jóvenes de Barcelona, “me llenan el corazón. Tienen un gran ardor apostólico, amor a la Iglesia. Es muy interesante poderlos acompañar en sus inicios de su ministerio".
La enfermedad, también por sorpresa
En 2021 llegó el anuncio de su enfermedad, fue el mismo quién lanzó un mensaje de serenidad y aceptación, en el que explicó cómo “el Señor se hacía más cercano, con la consolación que siento escuchando la palabra de Dios, con la Eucaristía. En la capilla una paz me invade. Siento como el Señor me cuida y también la cercanía de María. Me conmueve y me sorprende la compañía de la Iglesia y su cuidado".
Tanto la archidiócesis de Barcelona como la Iglesia española en general ha pedido a lo largo de estos meses que los fieles intensificaran la oración por la salud del prelado. Esa compañía de la Iglesia hizo que Vadell viese este tiempo como un “reenamorarme de la Iglesia que ama a su pastor. Me siento tan cuidado y amado que deseo ser para la Iglesia".
"Alegraos siempre en el Señor"
Los sacerdotes de la revista Fons Vitae, de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, entrevistó a Toni Vadell a principios de noviembre, antes de empeorar su estado de salud. En esa conversación, el obispo habló de su estado de salud y de cómo había pasado su enfermedad. "En este momento me siento muy agradecido a la educación que he recibido a lo largo de toda mi vida. En los momentos más difíciles “tiro” de la experiencia de educación del cuidado de tanta gente a lo largo de toda mi vida: catequesis, retiros, ejercicios, colegios, peregrinaciones, profesores…", enumera. "Sembremos… que luego se cosechará".
Su lema episcopal fue "Alegraos siempre en el Señor", por eso, cuando una religiosa le preguntó si había estado triste en algún momento “le dije que al principio me conmovió la noticia de la enfermedad, pero nunca he tenido momentos de tristeza. Entiendo que es una gracia del Señor vivir siempre, también ahora, 'alegres en el Señor'".
Una vocación que despierta en la niñez
Vadell explicaba en la entrevista que su vocación sacerdotal despertó cuando tenía unos 12 o 13 años, en su infancia en Mallorca, y creció con los años. "Dos aspectos influyeron particularmente: la familia y la parroquia. En familia vivíamos la fe, íbamos a Misa el Domingo, rezábamos en casa. Entró en el seminario menor con 14 años. "Me marcaron en esos 4 años del Seminario Menor, la experiencia de amistad. También recuerdo especialmente los encuentros vocacionales en los que acogíamos a adolescentes y les mostrábamos con nuestra cercanía la belleza de la vocación. Particularmente, estoy convencido que muchas vocaciones se despiertan en la niñez".
Como seminarista en Mallorca, aprendió mucho de los párrocos con los que se iba formando. "Con ellos fue creciendo el deseo grande que tenía de ser cura de parroquia", dice. Los formadores del Seminario, añade, "nos ayudaron a entender al sacerdote como enamorado de Jesucristo, hombre que encuentra la fuente de su vida sacerdotal en la Eucaristía".
Ya como sacerdote, recuerda, "disfruté especialmente en el campo de pastoral con jóvenes, en la pastoral familiar en las parroquias de San José Obrero y Corpus Christi. En esos años disfruté acompañando espiritualmente a la gente".
El cambio llega con Roma
Después realizó en Roma sus estudios de Pastoral Juvenil y Catequética. "Roma me cambió. Llevaba ocho años de cura. Me enamoré de la Iglesia. Venía de una iglesia pequeña, de una iglesia de una isla y descubrí la Iglesia Universal, la iglesia de los carismas, de los movimientos, como el Espíritu Santo genera tanta vida. Después tuve que volver a la iglesia particular sabiendo que no podía dejar de respirar desde la Iglesia Universal. Estar cerca del Papa, ir a una Universidad Pontificia y en el Colegio Español y confrontar la experiencia pastoral con lo que se me proponía en la universidad fue una gran riqueza. También participé en una parroquia de Roma con un grupo de scouts. Allí en Roma tuve la oportunidad de hacer los ejercicios espirituales de mes con motivo de mis 10 años de sacerdote", detallaba.
¿Cómo evangelizar hoy?
De vuelta a la isla, estuvo al frente de la Pastoral de Nueva Evangelización. "Estamos en un mundo pagano, hostil a la fe", constataba. "Estamos como en el “destierro de Babilonia”. Desde este situarnos en el mundo en el que estamos es clave cuidar nuestra identidad y no diluirnos como el resto de Israel que en Babilonia se mantuvo fiel a la promesa del Señor", comentaba el obispo en la entrevista.
"Evangelizar significa vivir en este mundo sin contemporizar, haciendo nuestra propuesta con toda su belleza y radicalidad: sin proselitismo, pero con mucha alegría. Se trata de ser testigos de una manera nueva de vivir la realidad, viviendo y anunciando el Kerigma que es que Cristo cambia la vida. Y todo esto realizarlo desde la vida de fraternidad. No podemos anunciar el Evangelio solos", concluyó.