El secreto mejor guardado de Tolkien: el verdadero héroe de "El Señor de los Anillos" que siempre ignoraste
Patxi Bronchalo presenta su nuevo libro ‘Un camino para liberarlos a todos' en ‘Ecclesia al día’ de TRECE, en el que explora las reflexiones cristianas en la famosa obra de Tolkien
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Madrid - Publicado el
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El sacerdote Francisco Javier (Patxi) Bronchalo ha presentado en ‘Ecclesia al día’ de TRECE su nuevo libro ‘Un camino para liberarlos a todos’, en el que analiza la obra de J.R.R. Tolkien, especialmente "El Señor de los Anillos". Bronchalo explica que su libro es un "aproximamiento a Tolkien desde la teología, el evangelio, la fe católica", y argumenta que la clave para entender la obra de Tolkien es su propia fe.
La vida de Tolkien: un camino de sufrimiento y fe
Según Bronchalo, la vida de Tolkien fue "apasionante y de mucho sufrimiento". El autor nació en Sudáfrica en 1892 y se mudó a Inglaterra tras la muerte de su padre. Cuando tenía ocho años, su madre, quien se había convertido del anglicanismo al catolicismo al quedarse viuda, también falleció. Esta conversión al catolicismo, que provocó dificultades con su familia, marcó profundamente la vida de Tolkien.
Tras la muerte de su madre, Tolkien fue tutelado por un sacerdote español, Francisco Xavier Morgan Osborne, quien también fue su padrino. Este sacerdote jugó un papel crucial en la vida de Tolkien, incluso influyendo en su relación con su futura esposa no católica, Edith, a quien le pidió esperar para formalizar su noviazgo hasta que cumpliera 21 años. Terminó convirtiéndose al catolicismo, y se prometieron "justo antes de que él fuera enviado a la I Guerra Mundial a Francia" explica Bronchalo, para combatir en una de las mayores batallas: La Batalla del Somme.
El impacto de "El Señor de los Anillos" en Bronchalo
Bronchalo confiesa que su primer acercamiento a "El Señor de los Anillos" fue a través de las películas, lo que le llevó a leer los libros varias veces. La lectura le proporcionó "mucha paz, me daba consuelo, me daba gozo," y descubrió que este era el propósito de Tolkien al escribir estas historias. Tolkien creía que los cuentos de hadas tenían una triple función: renovación, evasión y consuelo.
Bronchalo también resalta que a pesar de ser una historia de guerra, la obra de Tolkien está llena de "eucatástrofes", que para un cristiano serían la gracia divina. Es decir, giros en los que “de repente, en medio de la guerra la destrucción, la desolación, pasa algo y vuelve la alegría. Tolkin busca esto” explica.
Una mirada católica en la Tierra Media
Bronchalo destaca que "leer a Tolkien hace bien" y que el autor "pone ahí la mirada católica". El sacerdote explica que la obra de Tolkien no trata solo de elfos, enanos y magos, sino que a través de ellos "está hablando del corazón de la persona y está hablando de quién somos y de una realidad buena". Esta perspectiva está arraigada en la teología católica, que afirma que "la realidad es buena porque Dios la ha hecho buena y siempre podemos tener esperanza”.
Gollum: una víctima de la esclavitud del mal
El personaje de Gollum es analizado como una víctima del poder del anillo, que lo esclaviza y mina su voluntad. Bronchalo cuenta que el anillo, creado por el enemigo Sauron, representa un ídolo que puede controlar la voluntad de una persona, similar a las adicciones. Sin embargo, el sacerdote resalta la misericordia divina que muestran los personajes hacia Gollum.
La amistad y el servicio como pilares
La amistad es un tema central en la obra de Tolkien, y la relación entre Frodo y Sam es un claro ejemplo. Bronchalo señala que un amigo es aquel que se entrega totalmente, siguiendo el ejemplo del evangelio de "a quien te pide una milla, acompáñale dos". Sam, quien acompaña a Frodo hasta el final, es descrito por Tolkien como “el verdadero protagonista y el verdadero héroe” de la historia por su fidelidad y servicio desinteresado.
Aragorn: el rey sanador y la esperanza
El personaje de Aragorn es visto como una figura mesiánica que sufre en el exilio antes de volver como rey sanador. “Cuando se plantea esta comunidad del anillo, que va a acompañar a los hobbits a llevar ese anillo al monte del destino, hay un momento en el que Aragorn le dice que ha esperado durante muchísimo tiempo dejar de ser perseguido y eso le cansa, que desea tener amigos y que si por la vida o por la muerte puede salvar en este caso a los hobbies llevando el anillo, lo haría” explica.
Bronchalo destaca que, al volver, Aragorn lo hace como un vencedor y se dedica a curar a los heridos y a sanar al pueblo, un acto que refleja la teología cristiana.
Los elfos: un recuerdo de la divinidad
Bronchalo explica que los elfos, en la obra de Tolkien, son seres cercanos a la divinidad que recuerdan que existe un creador y que hay esperanza. Ellos transmiten la idea de que "siempre hay esperanza, que es una frase muy recurrente en el Señor de los Anillos, muy recurrente en la Iglesia estamos en el año de la esperanza, el Jubileo de la esperanza". Este concepto es fundamental en la cosmovisión de Tolkien, que, según Bronchalo, se basa en la fe católica.