Diccionario de Cuaresma: Lavatorio, por el sacerdote Ángel Moreno de Buenafuente
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Diccionario de Cuaresma: Lavatorio, por el sacerdote Ángel Moreno de Buenafuente
"Era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido".
Si en el marco de la última cena aparece el lavatorio, si los bautizados se revisten con túnicas blancas a la manera del Señor Transfigurado y Resucitado, si el lavatorio nos trae resonancias del bautismo, y si el bautismo es participar en la muerte y resurrección de Cristo, la parábola del "hijo pródigo" encierra resonancias bautismales, que se materializan en la túnica y en la explicación que da el padre al hijo mayor.
Por el bautismo se nos perdonan los pecados y somos criaturas nuevas, renacidas. En el banquete de la Eucaristía se nos da a comer el Pan de Vida; el agua bautismal nos reengendra como hijos de Dios. Al contemplar el texto más emblemático del Evangelio de san Lucas sobre la misericordia, entendemos que lo que describe el evangelista es el núcleo de la revelación cristiana: Dios, por amor, nos perdona, nos reviste con la túnica filial; renacidos de las aguas bautismales, nos sienta al banquete de fiesta y nos envía a ser testigos del amor y del perdón recibidos.