Lectio Divina para el Miércoles Santo, por Ángel Moreno de Buenafuente
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Lectio Divina para el Miércoles Santo, por Ángel Moreno de Buenafuente
Liturgia de la Palabra: (Is 50, 4-9a; Sal 68; Mt 26, 14-25)
Lectura
"Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados". (Is 50, 4-5)
-"Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."" (Mt 26, 18)
Meditación
Cuando se sufre la prueba, es posible que no se acierte a comprender la sabiduría que concede y que, después, va a ser el mayor título para poder acompañar a otros en los mismos sufrimientos.
¡Qué diferente es hablar de oídas, a hacerlo como testigo, por haber sido probado en aquello mismo que se está llamado a acompañar! ¡Cómo se agradece la palabra del que la dice desde las entrañas, y no como consejo aprendido!
Son muchos los que a pesar de no tener una práctica religiosa frecuente, ante la contemplación de imágenes del Crucificado, o de pasos de Pasión, sienten una emoción especial y un acompañamiento íntimo en su propio dolor, y comprenden que los padecimientos de Jesús son el mejor antídoto contra la desesperanza y el abismo de la soledad.
Estos días estamos llamados a escuchar la palabra de aliento que nos ofrece Aquél que ha entregado su vida por nosotros, para que en cualquier circunstancia nos sintamos comprendidos.
La Palabra nos hace hoy una invitación que podemos personalizar de diferente manera. Se trata del deseo que revela el Maestro a sus discípulos: "Deseo celebrar la pascua en tu casa". Si recibiéramos esta noticia, ¿le dejaríamos a Jesús nuestros aposentos? Él quiere tener necesidad de nuestra habitación más íntima, del piso alto de nuestra estancia.
Dos llamadas nos hace hoy la Palabra: no rehuir la prueba, porque de ella se derivará tanto propio conocimiento como capacitación para escuchar el dolor de otros, y habilitar nuestro interior porque Jesús desea celebrar su Pascua con cada uno de nosotros.
Puntos de reflexión
En las pruebas ¿te rebelas? ¿Te sientes desgraciado? ¿Te abres a la iniciación en la sabiduría que aportan?
¿Has dispuesto tu conciencia para celebrar la Pascua con el Señor y los hermanos en la fe?