Los jóvenes granadinos en la Jornada de Pastoral Juvenil en El Rocío por la JMJ 2013 Río
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los jóvenes de la Diócesis de Granada participan estos días en la Jornada de Pastoral Juvenil que se celebra en El Rocío, en comunión con la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro.
Desde ayer jueves y hasta el domingo, los jóvenes granadinos, junto con otros jóvenes andaluces, participan en este encuentro que les ayude a descubrir el atractivo de la fe y cómo Cristo nos acompaña siempre y nunca nos deja solos.
La peregrinación a El Rocío comenzó la mañana del jueves, en el Seminario diocesano "San Cecilio", con la Eucaristía que presidió D. Francisco Mingorance, Delegado de Pastoral de Juventud, y concelebrada con el Vicerrector del Seminario, D. José Antonio Vinuesa. Entre otros, participan en esta JPJ El Rocío 2013 jóvenes de las parroquias de Juan XXIII, San Agustín, San Emilio, de Armilla, Dúrcal, Maracena y miembros de la Pastoral de Juventud y de Cursillos de Cristiandad, así como los seminaristas diocesanos, tanto del Mayor como del Menor.
"Peregrinar no es andar por andar", les explicó D. Francisco Mingorance en la Eucaristía de partida, antes de coger el autobús que les trasladó hasta El Rocío. En este sentido, Mingorance señaló que "no se trata de salir de un punto de partida y llegar a otro", sino que peregrinar "es salir de mi y encontrarme con Alguien", y ese "encuentro con Cristo es el objeto de la peregrinación", explicó.
Mingorance añadió dos aspectos más antes de comenzar a peregrinar. Por un lado, salir de uno mismo se hace en comunidad, en la familia que es la Iglesia", porque "la fe no se vive en solitario, sino en comunidad, y nos encontramos con Cristo dentro de la Iglesia"; por otro lado, que el encuentro con Cristo "no es para retroalimentarnos", es decir, para quedarse en nosotros mismos, sino que "lo podamos comunicar a otros".
Almonte y El Rocío
Con esta conciencia, los jóvenes partieron la mañana del jueves, hasta Almonte, donde fueron recibidos por el Obispo anfitrión de Huelva, Mons. José Vilaplana, y los Obispos andaluces, entre ellos nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez, y el Obispo de Teruel-Albarraicín, Mons. Carlos Manuel Escribano, cuyos jóvenes diocesanos participan en esta JPJ en El Rocío.
La larga distancia recorrida en autobús desde Granada hasta Almonte y la más larga peregrinación a pie de cinco horas desde Almonte hasta la Aldea no minaron el entusiasmo y la alegría de nuestros jóvenes diocesanos, sabedores de que la participación en un encuentro de este tipo es una ayuda para su crecimiento en la fe, tanto en su vida cotidiana en los estudios, en la familia y amigos, como en sus tareas catequéticas y pastorales que, en algunos casos, algunos asumen en las propias parroquias como servicio a la Iglesia diocesana.
A su llegada a Almonte, en la ciudad que es "atalaya de la fe", como lo definió su Alcalde, que saludó a los peregrinos en la acogida que tuvo lugar en la plaza de la localidad junto con los Obispos asistentes, todos los jóvenes participaron en el acto penitencial presidida por el Obispo de Huelva y acompañado por los Obispos andaluces, entre ellos nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez. Un momento breve pero intenso de preparación espiritual para salir al encuentro de Cristo en la dureza del camino a pie y encontrarse ante la Virgen de El Rocío. En su mensaje de saludo, Mons. Vilaplana invitó a los jóvenes a "ir y dejarse transformar por Cristo". "¿Cómo es mi relación con Dios?, ¿amo a Dios sobre todas las cosas?" son algunas de las preguntas que se lanzaron a los jóvenes durante este acto penitencial, que servirán para profundizar en la fe y dar razón de nuestra esperanza.
La plaza Virgen de El Rocío en Almonte está coronada por la denominada "catedral efímera", un arco de papel que cada siete años se coloca cuando viene la Virgen desde su Santuario hasta el pueblo que la acoge. El año pasado vino la Sagrada Imagen y, en esta ocasión, la "catedral efímera" continúa presente con motivo del Año Jubilar que se celebra en El Rocío, y que ha servido como acogida también para los peregrinos en la JPJ 2013.
El recorrido a pie durante cinco horas desde Almonte hasta El Rocío sirvió para que los jóvenes granadinos pudieran compartir conversaciones sobre su vida y su fe, así como momentos de simpatía, cantos y alegría verdadera que sólo es posible cuando nace de la fe.
El momento de más impacto para los peregrinos granadinos fue su entrada en el Santuario de El Rocío, donde fueron recibidos por Mons. Javier Martínez y Mons. José Vilaplana, junto a los
vecinos de la Aldea que no querían perderse el espectáculo de ver a grupos de jóvenes pletóricos de una alegría que Cristo da. A los pies de la Virgen de El Rocío, los jóvenes se presentaron recién llegados de su peregrinar, con los zapatos llenos de polvo y cansados, pero contentos de encontrarse con la Madre de Dios, ante quien elevaron una oración.
Programación
El viernes, los jóvenes compartirán la jornada con nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, en el rezo de Laudes, la Eucaristía ?en la que también participarán jóvenes de Guadix, dado que su Obispo, Mons. Ginés García, se personará más tarde en El Rocío- y la catequesis que ofrecerá a los jóvenes. Asimismo, además de disfrutar un rato en la playa y en los talleres organizados para esta JPJ, entre los que se encuentran un taller de danza y música a cargo de la Comunidad Católica Shalom, carisma presente desde este curso en la Diócesis de Granada, los peregrinos granadinos también participarán en el Santo Rosario con el resto de jóvenes diocesanos andaluces que recorrerán las estaciones habituales dentro de El Rocío con la Hermandad Matriz de El Rocío.
El jueves fue la primera jornada de las cuatro que duran esta JPJ para que los jóvenes se encuentren con Cristo porque es el que corresponde a nuestra naturaleza humana. En estos días, los momentos de alegría, diversión y de recogimiento y oración continuarán hasta el domingo cuando se clausure la edición de este año, convocada para quienes no pueden ir a Río de Janeiro para estar con el Papa Francisco. Pero la fe, allí en Río y aquí en El Rocío, es la misma y la comunión es un signo de que Cristo está presente, porque es "otro lugar, pero un mismo corazón".
Paqui Pallarés
Enviada a El Rocío