"Un mundo nuevo, proyecto común", por el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ser sensibles y responder ante las situaciones de pobreza y fragilidad que se viven en el mundo, reconociendo en ellas al Cristo sufriente, es una llamada profunda y continuada que nos viene desde el Evangelio y que nos recuerda de formas diversas el Santo Padre Francisco en su reciente Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, "La Alegría del Evangelio".
"Manos Unidas" en su Campaña Contra el Hambre de este año 2014, nos ofrece una magnífica oportunidad de ayudar ante estas situaciones, con un lema sumamente sugerente y oportuno: "Un mundo nuevo, proyecto común". Una invitación clara a trabajar unidos por un mundo nuevo, como proyecto integrador, construido desde el amor.
Lo dramático en estos tiempos, no sólo es la persistencia de viejas y nuevas pobrezas en el mundo que vivimos, sino que ante tantas situaciones que "claman al cielo" vivimos en una fortísima dinámica de fragmentación social y de contraposición, de guerras, más o menos encubiertas, donde prima el más feroz individualismo, la lucha pura y dura por los intereses o las ideas (que a veces son sólo revestimiento de intereses) de cada uno o de cada colectivo, con escasa capacidad de integrar, de sumar, de unir.
Si importante es la meta necesaria: erradicar pobrezas, remediar injusticias y fragilidades. No es menos importante el camino, la unión de personas con sensibilidades distintas, la suma de esfuerzos, la forja de una civilización basada en el amor.
El lema de este año: "Un mundo nuevo, proyecto común" está profundamente presente desde el inicio en un Movimiento con hermoso nombre, "Manos Unidas", que indica el camino y que tiene como fin ser Campaña contra el Hambre, contra la pobreza y la fragilidad de tantos seres humanos, hermanos nuestros.
Quiero dar las gracias a todos aquellos que en nuestra Iglesia diocesana de Orihuela-Alicante entregan sus personas a tan hermoso fin y hacen posible la presencia y tarea de "Manos Unidas" en nuestra tierra, en las parroquias de nuestros pueblos y ciudades.
Les animo a trabajar con ilusión y renovada creatividad y empeño, especialmente en unas circunstancias de crisis económica y de crisis de humanidad en esta sociedad, que pueden crear la tendencia fatal de encerrarnos en nuestras necesidades dejando a su suerte a quienes por no tener, no tienen ni crisis.
Pido a todos los miembros de nuestra diócesis y a las personas de buena voluntad, que no solo ayudemos con generosidad en la Campaña de este año, sino que ésta sirva también para sensibilizarnos en una tarea cotidiana de erradicar pobrezas, de ayudar fragilidades, y de crear para ello, día a día, entre nosotros un Mundo Nuevo, hecho de unión, de respeto, de educación en la complementariedad, de destierro de odios, fracturas sociales y enfrentadas divisiones, haciendo realidad en una civilización del amor las palabras de Isaías: "De las espadas forjarán arados" (Is 2,4). Unamos nuestras manos por una civilización nueva.
+ Jesús Murgui Soriano
Obispo de Orihuela-Alicante