El Papa en la catequesis: pidamos al Señor ¡enséñanos a rezar!
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco en la catequesis de la audiencia general del miércoles 5 de diciembre de 2018: pidamos al Señor ¡enséñanos a rezar!
Jesús rezaba con las oraciones que la mamá le había enseñado: es la imagen hermosa que presentó el Santo Padre a los fieles en el curso de su catequesis sobre el Padre Nuestro. En este tiempo de Adviento, dijo Francisco, pidámosle al Señor, como los discípulos, que nos enseñe a rezar. Seguramente Él no dejará caer al vacío nuestra invocación.
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano, 05 diciembre 2018, Vatican News
2018.12.05 Udienza Generale (Vatican Media)
Una voz se elevó en el Aula Pablo VI hacia el Padre: "Señor, ¡enséñanos a orar!". Fue la del Papa Francisco junto con los peregrinos del mundo en la primera semana de Adviento, al inicio de un nuevo ciclo de catequesis centrado en la oración del "Padrenuestro". Tras la tradicional lectura del pasaje evangélico en los distintos idiomas, el Pontífice comenzó su catequesis con la imagen de Jesús orante: "Jesús rezaba", dijo.
"Los evangelios nos presentan a Jesús como un hombre que rezaba. Si bien experimentaba la urgencia de predicar y de salir al encuentro de la multitud, buscaba momentos de soledad para rezar".
Jesús libre y peregrino en la oración
Recorriendo el Evangelio de Marcos y la entrada de Jesús en Cafarnaúm, cuando tras la puesta del sol, multitudes de enfermos se acercaron al Maestro para ser sanados, Francisco subrayó que sin embargo, por la noche, el Señor se dedicaba a la oración: Él ? dijo el Pontífice – se "desvincula". No termina siendo "rehén" de las expectativas de quienes lo han elegido como líder, algo que "constituye un peligro de los líderes". Y ¿por qué? Porque Jesús ? dijo el Papa ? "no debe echar raíces, sino seguir siendo continuamente un peregrino por los caminos de Galilea". "Y también, peregrino hacia el Padre", "en camino de oración".
La vida de Jesús estaba marcada por la oración
En efecto, más adelante en su catequesis Francisco observó que en algunas páginas de la Escritura "parece que es ante todo la oración de Jesús, su intimidad con el Padre, la que lo gobierna todo":
"Para él, la oración era entrar en la intimidad con el Padre, que lo sostenía en su misión, como sucedió en Getsemaní, donde recibió la fuerza para emprender el camino de la cruz. Toda su vida estaba marcada por la oración, tanto privada como litúrgica de su pueblo. Esa actitud se ve también en sus últimas palabras en la cruz, que eran frases tomadas de los salmos".
Jesús rezaba con las oraciones que la mamá le había enseñado
Los discípulos, añadió Francisco ? "veían a Jesús rezar y tenían ganas de aprender cómo se hacía esto":
"Jesús rezaba como cualquier hombre, pero su modo de hacerlo estaba envuelto en el misterio. Esto impactó a sus discípulos y por eso le pidieron: ‘Señor, enséñanos a rezar’. Jesús se convirtió así en maestro de oración para ellos, como quiere serlo también para nosotros".
Y una imagen hermosa inundó la Sala Nervi, cuanto el Papa recordó que también las últimas palabras de Jesús, antes de expirar en la cruz, fueron palabras de los salmos, de la oración de los judíos: "Jesús rezaba con las oraciones que la mamá le había enseñado".
La oración humilde es escuchada por el Señor
Poniendo como ejemplo la Parábola del publicano y el fariseo, el Papa Francisco puso en guardia sobre las oraciones "inoportunas", que no son recibidas por Dios. Y recordó las palabras del Maestro: "porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado". De este modo, Francisco señaló que "el primer paso para rezar es ser humildes", porque "la oración humilde es escuchada por el Señor".
Saludo por los 80 años de la Sección polaca de Radio Vaticana
En la conclusión de la catequesis, el Santo Padre saludó en modo particular a los redactores de la Sección Polaca de la Radio Vaticana, que en estos días festeja el 80 aniversario de su fundación: "Les agradezco por su servicio al Papa y a la Iglesia", les dijo.
Mientras que al saludar a los fieles de lengua española, les animó a "pedir a Dios como hicieron los discípulos: "Señor, enséñanos a rezar", para que nuestra oración no sea ni rutinaria ni egoísta, sino encarnada en nuestra vida y que sea agradable a nuestro Padre del cielo".