Así es el día a día de un cura rural: “Tenemos que hacer verdaderos encajes de bolillos para llegar a todos los sitios”

Don Jesús Álvarez, que atiende la parroquia de El Barco de Valdeorras y de otros 6 pueblos aledaños de Orense, explica en 'Ecclesia al día' porqué es decisivo el apoyo de los voluntarios y de la tecnología

Redacción Religión

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Don Jesús Álvarez es párroco en El Barco de Valdeorras, en Ourense, con 16.000 habitantes y es una de las más grandes de la diócesis. Sin embargo, también se encarga de seis pequeños pueblos aledaños, y forma parte de una unidad pastoral que cubre más de 40 localidades. En esta entrevista en 'Ecclesia al día' ha explicado cuáles son los desafíos y las satisfacciones de su trabajo. 

El día a día de este cura rural es una verdadera muestra de entrega. Don Jesús ha explicado que, junto a otros sacerdotes, recorre grandes distancias para atender a sus comunidades, muchas de ellas despobladas durante la mayor parte del año: "A veces tenemos que hacer verdaderos encajes de bolillos para llegar a todos los sitios, pero de verdad que lo conseguimos". A pesar de las dificultades, ha afirmado que siempre llegan "con el tiempo suficiente para dedicarle a cada comunidad lo que se merece".

El apoyo de los feligreses y voluntarios

Uno de los aspectos que ha resaltado es la implicación de los vecinos en la vida parroquial. Don Jesús ha subrayado que, en ausencia del sacerdote, los feligreses y voluntarios mantienen vivas las actividades religiosas, como la comunión y las celebraciones dominicales: "Tenemos ministros extraordinarios para dar la comunión y grupos que se encargan de celebraciones en ausencia del sacerdote. Así logramos que el domingo se viva aunque no esté el cura".

 

 

"comunidades pequeñas pero vivas"

Además, ha destacado el papel de Cáritas en su parroquia ya que "a lo largo de este año hemos atendido a más de 200 familias". También ha señalado que están potenciando un servicio de acompañamiento para personas mayores con movilidad reducida, que necesitan ayuda para tareas diarias como ir a la farmacia o hacer compras: "Somos comunidades pequeñas, pero somos comunidades vivas".

la tecnología, una herramienta "fundamental"

Don Jesús también ha subrayado la importancia de las nuevas tecnologías para mantener el contacto con los feligreses: "No os podéis imaginar lo que han supuesto las nuevas tecnologías. El teléfono y los grupos de WhatsApp se han convertido en una herramienta fundamental para dar avisos y mantener informados a todos, especialmente cuando reemprendemos actividades".

A pesar de los retos que supone la despoblación y la reducción del número de sacerdotes en la región —de 18 a sólo cinco en las últimas décadas—, don Jesús ha asegurado que la vida comunitaria sigue activa: "Lo que no puede faltar nunca es una campana que suene y una puerta de una iglesia que se abra (…) Todavía hay pueblo, todavía hay comunidad, y todavía hay vida".

 

 

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