Los avances que la IA está logrando en el diagnóstico de enfermedades: "Tus datos clínicos pueden ayudar a muchos pacientes"

El catedrático Rafael Amo Usanos resume en 'Ecclesia al día' lo más destacado del I Congreso de Bioética de San Juan de Dios España: así contribuye la IA al campo de la salud

Redacción Religión

Publicado el

3 min lectura

La Inteligencia Artificial puede ser una herramienta muy útil en el campo de la medicina, en lo que se refiere sobre todo al diagnóstico y a la prevención de enfermedades. Una cuestión que se ha abordado en el I Congreso de Bioética de San Juan de Dios España.

 

Uno de los participantes del congreso fue el catedrático de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, Rafael Amo Usanos, quien asegura en 'Ecclesia al día' que en estos momentos se están realizando multitud de estudios en el campo de la bioética y el bioderecho para conocer cómo la IA puede ayudar en el ámbito sanitario.

En este sentido, Amo Usanos afirma que la alimentación de los datos será lo que determine la utilidad de la herramienta tecnológica en la salud: “Esa alimentación de datos debe ser lo más

extensa, equitativa y justa posible”, ha apuntado.

Un ejemplo del déficit de alimentación de datos, apunta el catedrático de Bioética, se da en EEUU, donde la imposibilidad de millones de afroamericanos de acceder a los sistemas de salud, impiden que se puedan detectar enfermedades propias de un grupo social o un determinado nivel económico.

El diagnóstico de enfermedades, donde la IA muestra mayor eficacia en la salud

En cuanto al papel de los médicos en la aplicación de la IA en las consultas, Amo Usanos cree que es pronto, si bien apunta que los profesionales sanitarios juegan un papel fundamental en la alimentación y posteriormente en el diagnóstico.

“Donde la IA muestra una gran eficacia en salud, incluso superior a la del médico humano, es en la diagnosis. En el covid se vio cómo la IA era capaz de prever el desarrollo de un paciente de covid solo con imágenes mientras el médico no era capaz de verlo. Siempre tiene que estar con supervisión”, ha advertido el catedrático de la Universidad Pontificia Comillas.

La polémica estaría entre la supervisión humana de la IA o la sustitución del humano por la IA: “Esta segunda opción sería muy deshumanizadora porque uno va al médico a tener un contacto humano que también es sanador, más que a que le cure directamente. El contacto humano también cura”, ha recalcado.

compartir los datos clínicos para una IA más eficiente, una obligación moral

Cuestionado por los principales retos de la bioética con el avance de esta herramienta, para Rafael Amo Usanos el principal es “la alimentación”, en segundo lugar “el dato porque es el elemento más deshumanizador, puede hacer que los pacientes seamos una fuente de dato”.

En este sentido, el catedrático de Bioética alerta sobre la posibilidad de que los datos clínicos “se usen de manera ilegitima”, pero por otro lado subraya que “tus datos pueden ayudar a muchos porque cuantos más datos tenga la IA más certera será”, ha recalcado.

De hecho, uno de los asuntos abordados en el I Congreso de Bioética de San Juan de Dios España fue “la obligación moral de compartir los datos. El reto es proteger el dato, protegerte a ti pero a la vez compartir el dato”, ha explicado.

Preguntado cómo situar la dignidad de la persona en la IA, el catedrático de la Universidad Pontificia Comillas asegura que la clave es que “la IA domine a las enfermedades pero no a las personas. Usarlas para humanizar, que no esté por encima el beneficio económico de las aplicaciones de la IA de la persona”.