Eliert, párroco de Getafe que ayuda en la zonas más afectadas por la DANA en Valencia: "Mientras coges la pala saltan las lágrimas"

El sacerdote se ha trasladado junto a un grupo de jóvenes de la diócesis a Chiva, Catarroja o Algemesí para colaborar en las tareas de limpieza y acompañamiento a los afectados: "Queda muchísimo por delante"

Redacción Religión

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Parroquias de toda España se están volcando en la recogida de productos de limpieza, alimentos o de ropa para trasladarla a las zonas más afectadas por la DANA en Valencia. Uno de ellos es Eliert, párroco en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón, perteneciente a la diócesis de Getafe, que con un grupo de 35 jóvenes se han trasladado a algunos de los municipios más castigados como Chiva, Catarroja o Algemesí.

Cargaron las furgonetas y camiones con el material solidario y allí se plantaron este domingo para ayudar.

Las labores que están desempeñando no es solo de limpieza, sino también de acompañamiento, tal y como transmitía el propio Eliert en un mensaje difundido en las redes sociales: "Estamos rehabilitando una de las viviendas junto a la parroquia de Chiva y achicando agua en los locales. Lo que más duelen son las lágrimas, Valencia está inundada de lágrimas, y venimos a dar consuelo, a dar esperanza. Dios quiera que esta gente recupere a través de la fe y de nuestra caridad esa esperanza que no defrauda”, expresaba el sacerdote de la diócesis getafense.

En 'Ecclesia al día', Eliert ha precisado que este lunes se encuentra en Algemesí, otro de los pueblos castigados por los efectos de la catástrofe: “Estamos a pie de calle haciendo labores de rehabilitación de un taller y una casa de un hombre que lo ha perdido todo. La situación es la que vemos en las noticias y un poco más, porque mientras coges la pala saltan las lágrimas y aquí se ve la realidad y crudeza de lo que están viviendo los habitantes”, ha comentado.

"Mucha gente se acercaba a rezar mientras limpiábamos”

En este escenario, un abrazo o dar consuelo es casi más importante que retirar el barro de la puerta, tal y como ha precisado Eliert, quien revela la dureza de los testimonios de vecinos que lo han perdido todo.

“La gente necesita que todo lo que lleva dentro descansarlo en alguien. Algunos te cuentan lo que han perdido, otros tienen incertidumbre por tener familiares desaparecidos, personas que no saben lo que ocurre en otros pueblos por falta de cobertura y personas que necesitan un momento de alegría, compartir o incluso rezar juntos y pedir oraciones unos por otros”, ha subrayado.

El párroco de Villaviciosa de Odón ha compartido en TRECE una anécdota ocurrida en Chiva, concretamente en el interior de la parroquia: “Hay un Cristo en uno de los retablos laterales, donde el agua no ha llegado a tocar los pies, que ha sido la medida del agua entró en la iglesia, un metro y pico. Es un signo, la presencia del Señor en medio. Mucha gente se acercaba a rezar mientras limpiábamos”, ha detallado Eliert.

Nicolás y Hugo, dos jóvenes en primera línea de ayuda: "Tenemos que estar unidos"

Junto al sacerdote se encuentra Nicolás, uno de los jóvenes de la diócesis de Getafe. Lo que más le ha marcado de estos días en las zonas más afectadas por la DANA, es el agradecimiento de los vecinos.

“Montamos un centro logístico de alimentos, hay solidaridad entre las zonas que más tiene dentro de lo poco que hay, y la distribuyen a zonas donde es más difícil llegar. También hemos hecho labores de limpieza, hay gente que pide ayuda a sacar agua del local o de la casa. Ha avanzado el trabajo, pero queda muchísimo por delante, falta algo más de ayuda de maquinaria para avanzar, pero esto es un proceso y va poco a poco”, ha informado.

También Hugo se ha animado a compartir su testimonio en 'Ecclesia al día'. En su caso, ha resaltado que no se puede olvidar a estos vecinos: “Aunque seamos de Madrid no hay que olvidar que todos somos hijos del Señor y tenemos que estar unidos”.

Además, ha agradecido la acogida de los vecinos, que incluso ha dado a estos jóvenes voluntarios un techo donde dormir estos días: “Veníamos con el planteamiento de dormir en un coche o en un pabellón para descansar y estar a tope, y la gracia del Señor es enorme y en la tarde de ayer una señora de la parroquia de Chiva nos comunicó que nos dejaba una casa para dormir todos. Pudimos comer caliente, darnos una ducha y pudimos descansar para al día siguiente dar todo lo que podamos de nosotros”, ha expresado Hugo.