Ester, laica de la España rural que celebra el rito de la Palabra ante la ausencia de sacerdote : "Necesitan nuestra ayuda”

En un contexto donde la Iglesia llama a los laicos a ser corresponsables en la misión, cada vez más fieles colaboran en las celebraciones litúrgicas en aquellos pueblos de la España vaciada donde no llega el sacerdote

Redacción Religión

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Las reuniones de la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad siguen su curso en el Vaticano. El papel de la mujer y del laicado es una de las cuestiones que se están abordando en los encuentros, si bien aspectos como el diaconado femenino no se debatirán durante el proceso. 

Lo que es incuestionable es que se van dando pasos en la corresponsabilidad de los laicos en la gestión de la Iglesia, y en ese núcleo, naturalmente, entran las mujeres.

Y es que en ocasiones, su papel es decisivo para que las parroquias estén abiertas y se pueda cultivar la espiritualidad en una determinada zona, especialmente en la España vaciada.

En muchos pueblos de nuestro país la ausencia de un sacerdote impide la celebración de la Misa, por lo que son las mujeres quienes dirigen las celebraciones litúrgicas con comuniones previamente bendecidas para que nadie se quede sin misa.

Una de las animadoras es Ester Sainz, laica que celebra la Palabra en la parroquia de la localidad de Azanuy en Huesca desde hace siete años. En el municipio, de unos cien habitantes, el sacerdote celebra la Eucaristía cada dos semanas.

“Vamos a los pueblos pequeños donde el sacerdote no puede llegar y celebramos la Palabra, leemos las Lecturas, el Evangelio, un texto que nos manda la diócesis, una pequeña homilía escrita por ellos y repartimos la comunión que ya está consagrada por un sacerdote”, ha relatado Ester en 'Ecclesia al día'.

En el caso de Azanuy, Ester y su compañera Pilar celebran este rito cada dos semanas. De lo contrario, el templo permanecería cerrado, sin posibilidad de que sus habitantes tengan una vida espiritual: “Es caminar juntos como Pueblo de Dios, que nos ayuda a todos bajo el Espíritu Santo seamos hombres, mujeres, sacerdotes, laicos...” asegura.

"tenemos mujeres importantes que trabajan por y para la diócesis y la Iglesia”

La diócesis de Barbastro-Monzón es extensa, de unos 7.000 kilómetros e integrada por 250 parroquias, una cifra escasa, a lo que se suma que muchos de ellos son de edad avanzada: “Necesitan nuestra ayuda”, apostilla Ester Sainz.

La animadora ha señalado que es el sacerdote quien propone a los laicos realizar esta labor “que no es tarea fácil”, como apunta Ester: “Abrir el sagrario, coger la reserva... se remueve el cuerpo cuando vas a hacerlo”. Para ello, los animadores han recibido formación y charlas.

En la diócesis aragonesa son un total de setenta animadores, de los cuales 47 son mujeres, aplastante mayoría: “También hay hombres, pero les cuesta más el paso”, afirma Ester.

Cuestionada por la posición de Ester Sainz sobre el diaconado femenino, la animadora considera que “poco a poco se va abriendo camino, estamos un poco retrasados pero nos van dejando introducir, tenemos mujeres importantes que trabajan por y para la diócesis y la Iglesia”, ha subrayado.