Saiz Meneses ensalza el valor de las hermandades de Sevilla en la transmisión de la fe: "Mientras aprenden a decir papá y mamá les enseñan a decir Jesús y María"

El arzobispo de Sevilla ha dado detalles en TRECE del programa del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en Sevilla hasta el próximo domingo

Redacción Religión

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El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha destacado el papel de las hermandades en la piedad popular y en la transmisión de la fe, en una entrevista en 'Ecclesia al día' un día después de inaugurarse el II Congreso de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en la capital hispalense hasta este domingo, 8 de diciembre.

Y es que como ha recalcado el titular de la archidiócesis de Sevilla, esta labor es importante en un contexto donde la transmisión de la fe no se realiza como antes en las familias, los colegios o las parroquias, como consecuencia de los avances técnicos.

“Si antes después de cenar las familiar dialogaban un poco sobre las incidencias del día y leían historia sagrada o rezaba nel Rosario, luego con la televisión las familias se mantenían físicamente unidad pero sin dialogar, y ahora navegan por internet o con la tablet personal. En la escuela se mantiene lo que se puede y en las parroquias los que van, pero esa transmisión de la fe, que es elemento esencial y clave en la vida de la Iglesia, es más difícil”.

El valor de las hermandades en la transmisión de la fe en la sociedad de hoy 

Frente a esta realidad, las hermandades y cofradías cobran importancia, ya que muchos de sus integrantes son “sagas familiares” donde los bebés, en sus primeros meses de vida, son inscritos por sus padres: “Ahora se exige la partida de bautismo, pero las hermandades son un ámbito propicio para esa transmisión de la fe, donde los padres inculcan a los niños pequeños la devoción al Señor y a María Santísima”, ha insistido Saiz Meneses en TRECE.

En este punto, el arzobispo de Sevilla ha recordado una conversación con el Papa Francisco, cuando le explicaba que en las procesiones “las mamás vestidas de nazareno tienen a bebés en brazo vestidos también de nazareno, aunque todavía no andaban. A la vez que les enseñan a decir papá y mamá les enseñan a decir Jesús y María”.

Cuestionado por los asuntos que se abordarán en el Congreso de Hermandades y Piedad Popular un cuarto d siglo después de la primera edición, Saiz Meneses ha señalado que desde 1999 se han producido multitud de cambios sociales, por lo que convenía organizar “este congreso ambicioso” para trabajar por un lado “en la línea del encuentro, la celebración, la amistad”, y por otro en “la reflexión, la actualización, el compromiso y la obra social que las hermandades llevan a cabo y recuperar o reavivar una mirada contemplativa”, ha precisado.

"Las procesiones son momentos de oración, no desfiles ni actividades de tipo cultural"

El congreso concluirá el domingo con la Magna, en la que procesionarán las cuatro imágenes que suscitan mayor devoción en Sevilla, como son el Gran Poder, El Cachorro, la Esperanza de Triana y la Esperanza Macarena, además de la patrona de Sevilla y de la archidiócesis, la Virgen de los Reyes, y tres vírgenes de la provincia, como Nuestra Señora de Valme en Dos Hermanas, Nuestra Señora de la Consolación en Utrera y Nuestra Señora de Setefilla en Lora.

Para Saiz Meneses, estas procesiones tienen que ser “un momento de oración, de encuentro con Dios, con María Santísima y de encuentro entre hermanos, porque somos un pueblo que peregrina en comunión”, y hace hincapié en que son momentos “de oración” y no “desfiles ni actividades de tipo cultural”.

De ahí que para el prelado la Magna debe ser “un testimonio de fe, que llegue a personas que quizás no tienen fe y se acercan por curiosidad, pero ese clima les tiene que llegar también y ojalá el Señor les toque el corazón”, ha confiado.

Saiz Meneses ha puesto como ejemplo la misión que realizó el Gran Poder en octubre de 2021 en el barrio de Los Pajaritos, uno de los más pobres de la capital andaluza y de toda España: “Encontrábamos a persona mayores, jóvenes, padres e hijos y en esa mirada se percibía un amor, un cariño, un fervor, una esperanza pese a la dureza de la situación”.