Los tres motivos que explican la crisis de la familia tradicional: "Hay una cultura de explotación que aplasta la solidaridad”

El modelo de familia tradicional va desapareciendo, a la par que la sociedad actual nos empuja a dejar el compromiso en un segundo o tercer grado por diferentes factores, en favor del individualismo.

De ahí que surjan iniciativas como la del doctor en Sociología y profesor de la Universidad Pontificia Comillas, Fernando Vidal, que ha impulsado 'El reloj de la familia', una guía práctica inspirado en la espiritualidad de San Ignacio de Loyola para parejas que han optado por recrear, reavivar o restaurar su proyecto de vida.

Y es que a juicio de Fernando Vidal, la familia tradicional está en crisis como consecuencia de “una progresiva pluralización” en el que cada vez se cuida menos el matrimonio legal o el auge de otros modelos como el matrimonio homosexual, a la par que existe una fuerte presión del hipercapitalismo que “está dando forma a nuestras vidas, está individualizándolo cada vez más, aprecia cada vez menos la solidaridad entre nosotros y con las siguientes generaciones y esto explica que asumamos menos sacrificios para tener hijos”, ha comentado Fernando Vidal en su diagnóstico realizado en 'Ecclesia al día'.

Una realidad, apunta el profesor de la Universidad Pontificia Comillas, que hace que confundamos la referencia de felicidad: “Esta forma que le está dando el capitalismo a nuestras vidas hace que retrasemos incluso el buscar el amor, el tener hijos, el formar una familia que es lo que más feliz hace a todo el mundo en todas las encuestas cuando se les pregunta, y se aplace por encima de los treinta o cuarenta años”.

A juicio del doctor en Sociología, vivimos en una sociedad en la que “trabajamos para un sistema que no devuelve tanta felicidad. La familia sometida a una cultura de explotación que aplasta la solidaridad”, ha advertido.

Los tres factores que impiden la formación de las familias

Este modelo de vida que impera en el mundo de hoy, afecta especialmente a los jóvenes. En este sentido, Fernando Vidal apunta a tres factores que impide la formación de familias.

Por un lado está “el carácter individual de la vida en la que no necesito a nadie ni dependencia de otros, menos lazos con los demás y experimentamos la gran desvinculación que no solo afecta a la familia sino a todo el tejido comunitario como en los barrios, en los centros de trabajo, en la vecindad, en las amistades... todo ese tejido se hunde”, ha manifestado.

También la confección de las ciudades avanzan en esa dirección de aislamiento social “como la pérdida de plazas en la forma de urbanizar, la desvinculación programada que tienen las ciudades, la soledad, un modelo de alto consumismo individual le va dando forma a nuestra forma de pensar y relacionarnos y esto nos empobrece en la capacidad de interaccionar con el otro”, ha agregado.

Por otro lado, está la crisis de la masculinidad y la incertidumbre “entre qué es ser varón y ser padre”, lo que a juicio de Vidal supone “una regresión hacia posiciones más infantiles en el que no saben cuál es el papel social que te corresponde como padre”, ha explicado.

El tercer factor al que apunta el doctor en Sociología es “el estrés por la presión económica, problemas en la gestión de la crianza y la falta de conciliación laboral. Esto produce una problemática en casa que no estamos preparados para gestionar”, ha alertado.

'El reloj de la familia': un proceso para cuidar a las parejas y familias

De ahí la importancia del proyecto que promueve Fernando Vidal, 'El reloj de la familia', en el que se trata de cuidar a las parejas y familias.

“Cuando estamos casados nos enfrentamos a problemas serios, con una cultura en la que el matrimonio y el lazo familiar es contracultural, por lo que hay que ganar en herramientas y capacidades. A veces lo que necesitas es separarte pero antes de separarte la mayor parte de los problemas se pueden resolver”, ha apostillado.

Por eso, 'El reloj de la familia es “un proceso breve en el que a través de varios tiempos vamos repasando aspectos de la familia para dar capacidades a las personas en el ámbito de la gratitud, del perdón, de la comunicación, de la capacidad para generar un proyecto común”.

Se trata de un proyecto que cuenta con dos versiones, el primero para parejas que llevan un tiempo con o sin hijos y el reloj de los novios que quieren pasar el umbral de compromiso: “Todo empieza

en la gratitud en el 'tiempo cero' porque si damos gracias todo cambia. A veces perdemos ilusión en la pareja porque nos olvidamos de lo bueno que hemos vivido”.