El acuerdo complementario entre la Santa Sede y Kazajistán entra en vigor

Desde este mes, el personal eclesiástico extranjero en Kazajistán podrá disfrutar de visados de entrada y permiso de residencia en el país para una mejor atención pastoral

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Hace más de 20 años la Santa Sede trabaja por la atención espiritual de los 120.000 católicos que viven en Kazajistán. Este 17 de julio, se dio un nuevo paso en el proceso de consolidación de los vínculos entre la Iglesia y este país centro asiático.

El acuerdo complementario sobre las relaciones mutuas entre ambos pueblos ya es una realidad. Un comunicado de la sala de prensa del Vaticano lo ha hecho público esta noticia: "el artículo 8 del acuerdo complementario ha entrado en vigor", señala el comunicado. "Este tratado facilita la obtención de permisos de residencia en Kazajistán a los agentes pastorales", explica la nota de prensa. Además, los 15 artículos del acuerdo suplementario, garantizan el acceso de la Iglesia a los medios de comunicación del pueblo Kajazo, la libre realización de actos de culto y de la actividad educativa y caritativa.

Relaciones "frecuentes y fructíferas"

El tratado que acaba de entrar en vigor es la consolidación del primer acuerdo bilateral entre la Santa Sede con un país centroasiático, firmado poco el año 1998, después de su acceso a la independencia, por parte de la Unión Soviética.

La Santa Sede y este país, el más grande del mundo por extensión geográfica, han tenido relaciones "frecuentes y fructíferas", dijo Paul Richard Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados de la Santa Sede, en la firma de este acuerdo, durante el viaje del papa Francisco a Kazajistán, el 14 de septiembre del año 2022.

Kazajistán es uno de los países asiáticos con una comunidad cristiana minoritaria, aunque bien tolerada. De los más de sus 19 millones de habitantes, solo el 2, 4% son cristianos, la mayoría de estos son descendientes de los alemanes y polacos.

¿Cómo se ve a los católicos de Kazajistán en la sociedad actual?

Como hay muy pocos católicos, suelen ser poco conocidos. Entonces, hablar de una sociedad en Kazajistán, es un poco complicado. Las cosas son un poco diferentes entre las regiones, especialmente las occidentales, mucho más marcadas por la tradición kazaja y musulmana, y las orientales y septentrionales, donde estamos mucho más acostumbrados a encontrarnos con cristianos. En general, los católicos son una minoría muy pequeña.

Por otro lado, es una minoría que está bastante bien considerada. En primer lugar, porque tiene una base étnica, por lo que no se considera una minoría creada por la propaganda, por el proselitismo, que es una palabra muy negativa en Kazajistán.

En segundo lugar, se trata de la segunda visita papal. Hubo una primera en 2001: el viaje del Papa Juan Pablo II hizo mucho por hacer muy visible a esta Iglesia en el país y por distinguirla de los grupos minoritarios evangélicos que, por su parte, pueden ser considerados como no tradicionales, aunque tienen derecho a existir. Así que, en general, es una minoría que está bien considerada allí donde se la conoce. En cualquier caso, la Iglesia en sus estructuras está bien tratada, si la comparamos con otras religiones, incluida la dominante, el islam.

Es la emigración de los católicos originales. Desde la década de 1990, las personas de origen alemán, que constituyen una parte importante de la Iglesia católica en Kazajistán, han comenzado a emigrar a Alemania, ya que ésta ha tendido un puente de oro para recibir y dar la ciudadanía alemana a las personas de origen alemán que poblaron la URSS. Se habla de 2 millones de alemanes de la antigua URSS que emigraron a Alemania en los años 90.

Luego están los polacos, para quienes las cosas sucedieron de manera un poco diferente. A partir de los años 90, Polonia invitó a varias personas de origen polaco a venir a Polonia para recibir la sociedad polaca. Pero lo hace eligiendo a las élites en cierta medida. A partir de los años 2000, con un nuevo gobierno en Polonia, mucho más nacionalista, desde entonces y ahora, hay un puente de oro para los polacos. Las personas de origen polaco de una, dos o tres generaciones pueden ir muy fácilmente a Polonia y en pocos meses recibir la nacionalidad polaca y, por tanto, el pasaporte Schengen, que interesa a absolutamente todo el mundo.