Líderes religiosos argentinos piden a los candidatos un diálogo responsable: "Buscar el bien común"

Las principales confesiones religiosas de Argentina han lamentado que no hay diálogo "con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto"

Mendoza, Argentina. 11/01/2017. Ciudad de Mendoza. Foto: Axel Lloret / ALL ARGRA 2250

Redacción Religión

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Las principales confesiones religiosas de Argentina han difundido un comunicado donde muestran su preocupación por “la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas con la sociedad” y han subrayado que “no hay un país posible sin diálogo".

El texto, que contiene citas del Evangelio, del Sagrado Corán y del Talmud, advierte a los candidatos presidenciales que “el voto no es solo un acto de elección”, sino que también “puede ser un llamado de atención”. De ahí que subrayan que “la agenda política debe comenzar por la escucha atenta de la realidad” y que el resultado electoral “es un mensaje profundo que nos convoca a la reflexión y nos compromete con el bien de nuestro pueblo”.

Las instituciones religiosas reiteran que “no hay país posible sin diálogo” y que tampoco hay diálogo “con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto”.

Necesitamos imperiosamente del diálogo para la amistad social que haga del encuentro una cultura”, afirman, y bajo esta perspectiva, hacen “un firme llamado a todos los dirigentes políticos, independientemente de sus afinidades partidarias, para que asuman la responsabilidad de presentar propuestas concretas y sustantivas, abiertas a un debate profundo e inteligente y a una colaboración comprometida, para afrontar los desafíos del presente, dejando de lado las estrategias que buscan el conflicto y el enfrentamiento estéril”.

Los referentes religiosos se comprometen ellos mismos a fomentar “un diálogo responsable y comprometido”, al tiempo que recuerdan que existen “principios innegociables, que sustentan nuestra sociedad y que no pueden ser soslayados: el cuidado de la vida, la preservación de nuestra casa común y la opción preferencial por los más necesitados y desfavorecidos”.

“Fieles a nuestras distintas tradiciones y denominaciones religiosas - concluyen -, queremos ser una patria de hermanos. Es nuestro deber con las generaciones presentes: construir hoy un futuro basado en valores solidarios y compartidos, en la incansable búsqueda del bien común”.

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