Los obispos europeos "profundamente preocupados" por el reglamento sobre el uso de embriones y fetos

El parlamento de Estrasburgo revisa este 12 de septiembre la norma que "sentará las bases fundamentales para el futuro tratamiento de la vida humana"

Sara de la Torre

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Las conferencias episcopales de Europa expresan su “profunda preocupación” sobre el uso de embriones para productos farmacéuticos. A través de un comunicado, la COMECE, la comisión de las conferencias episcopales de la Unión Europea ha expresado “su profunda preocupación por el borrador que se va a votar este martes en el Parlamento de Estrasburgo.

"Este reglamento sentará las bases fundamentales para el futuro tratamiento de la vida humana prenatal en la legislación europea sobre trasplantes y productos farmacéuticos”, explican en su nota de prensa.

El peligro, subrayan, “reside en la posibilidad de que tal definición degrade la dignidad y el valor de la vida humana, creando una equivalencia inaceptable entre embriones y fetos y simples células de la piel o plasma sanguíneo”.

Además, de aprobarse, permitiría y obligaría a realizar pruebas genéticas preliminares en embriones y fetos, allanando potencialmente el camino para la selección de la vida . De este modo, matizan desde la COMECE, "

Terminología jurídica

Actualización de normas

En concreto, la institución que preside

revisará este reglamento sobre sustancias vitales de origen humano (SoHO, por sus siglas en inglés). El objetivo principal es actualizar las normas para blindar las donaciones de sangre, tejidos, células, microbiota o leche materna humana, entre otras sustancias.

Mediante este cambio regulatorio, la UE propone regular “todas las sustancias de origen humano” anteriormente mencionadas, con excepción de los órganos sólidos para trasplante que cuentan con una norma separada.

Junto a ello, la modificación normativa da un “mayor apoyo” a la innovación a a través de un procedimiento común a escala de la UE “para evaluar y autorizar los preparados de SoHO”. La propuesta también recoge la creación de la Junta de Coordinación de SoHO (JCS) en forma de órgano consultivo para apoyar a los Estados miembros en la aplicación del nuevo Reglamento. Además, buscará “vínculos con organismos de expertos” para tratar “cualquier cuestión reglamentaria límite que pueda surgir”.