Los obispos nicaragüenses, preocupados por la crisis migratoria: "Reflejo de un drama que nos interpela"
El mensaje de Adviento fue firmado por todos los obispos, a excepción de Rolando Álvarez, quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde hace tres meses
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“Aunque en medio de dolorosas incertidumbres, el Reino de Dios se hace presente en nuestra historia y se manifiestan entre nosotros muchos signos de un mundo nuevo”, expresan los obispos de Nicaragua en su mensaje para el tiempo de Adviento que inicia el próximo domingo, 27 de noviembre, al término de su asamblea plenaria, realizada del 14 al 16 de noviembre.
“Nuestra primera palabra es de alegría y esperanza, porque Cristo pone su casa en medio de nosotros, la fuerza de su vida nueva y la de nuestra Madre, la Virgen, no nos abandonan”, manifiestan al inicio del mensaje.
Los obispos también ven un retorno positivo a las celebraciones y actividades pastorales, una vez superada la fase más aguda de la pandemia. Motivos de alegría, sin embargo, “no impiden que reconozcamos las preocupaciones que tenemos sobre la vida social, política y económica de nuestro país. Sobre todo, entre otros, nos preocupa la crisis migratoria, reflejo de un drama humano que nos interpela”.
En el mensaje, la Conferencia Episcopal de Nicaragua también hace mención al camino sinodal, que actualmente se vive en las comunidades, y que repercute también en la convivencia social: “Todos debemos caminar juntos, nadie debe quedarse atrás; todos debemos tener la oportunidad de progresar y hacer de Nicaragua un país de hermanos".
“Busquemos siempre hacer el bien, de forma que cada vez hablemos más como hermanos y dejemos fuera el individualismo. Según las prioridades pastorales de nuestra Conferencia Episcopal, buscamos profundizar en las exigencias de nuestra conversión personal y pastoral, para estar como Iglesia a la altura de la misión que el Señor nos ha encomendado”, apuntan.
Por ello, en este tiempo de Adviento piden mantener una actitud orante y de reflexión “caracterizados por la espera vigilante”.
El mensaje está firmado por todos los obispos, a excepción de Mons. Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador diocesano de Estelí, quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde hace tres meses.