El marido de Asia Bibi pide ayuda al gobierno italiano para salir del país
El marido de la cristiana encarcelada en Pakistán asegura que no pueden ni salir de casa
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"Pido al gobierno italiano que nos ayude a mí y a mi familia a salir de Pakistán”. Es el dramático apelo al teléfono de Ayuda a la Iglesia que sufre de Ashiq Masih, esposo de Asia Bibi. Mientras la mujer sigue en prisión esperando el registro de la sentencia absolutoria, la familia vive con miedo.
La familia de Asia vive escondida en un lugar seguro
Las protestas de los fundamentalistas, que siguen exigiendo la ejecución de Asia, han obligado a los familiares de la mujer a permanecer encerrados casa en un lugar seguro. En los últimos días, incluso el abogado defensor de Asia, Saif ul-Malook, se vio obligado a irse al extranjero. “Estamos extremadamente preocupados porque nuestras vidas están en peligro – declaró el hombre a ACS – Ni siquiera tenemos que comer porque no podemos salir a comprar”.
Invitación a la prensa a mantener alta la atención sobre el caso
Ashiq, por lo tanto, pide al gobierno italiano asilo y, sobre todo, ayuda para salir del país. Al mismo tiempo, el hombre hace un llamamiento a los medios de comunicación y a la comunidad internacional para que mantengan alta la atención sobre el caso de Asia. “Fue precisamente esta atención lo que la mantuvo viva hasta ahora. Y agradezco especialmente a Ayuda a la Iglesia que Sufre que, al invitarnos a su evento del Coliseo Rojo, nos ofreció la oportunidad de hablarle al mundo”.
Los familiares recibidos por el papa Francisco en el Vaticano
El pasado febrero, el papa Francisco recibió en el Vaticano a su hija Eisham y al esposo de Asia Bibi, Ashiq, quienes llegaron a Roma como invitados por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACS) junto con Rebecca, una chica nigeriana cristiana, víctima de la organización Boko Haram. En la audiencia privada, a la que Acs definió de “conmovedora”, el Papa quiso expresamente orar por Asia Bibi y por las mujeres que aún hoy son prisioneras de Boko Haram. “El testimonio de Rebecca y el de Asia Bibi representan un modelo para una sociedad que hoy en día teme cada vez más el dolor. Son dos mártires “, dijo Francesco después de escuchar el dramático relato de la violencia sufrida por la mujer nigeriana que dio a luz al hijo de uno de sus carceleros y al de la familia de Asia Bibi. “A menudo pienso en tu madre y rezo por ella”, dijo el Papa a la joven Eisham, quien, saludando al Papa, lo abrazó. “Cuando conocí a mi madre antes de irme, ella me pidió que lo besara”. “Santo Padre – agregó el esposo de Asia, Ashiq – le pido que ore, unido en Cristo, por mi esposa y por todos los cristianos perseguidos”.
(Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)