El obispo emérito de Hong Kong, juzgado por la dictadura china por su defensa de la democracia
El cardenal Joseph Zen Ze-kiun fue acusado de no haber registrado civilmente la sociedad 'Fondo Ayuda Humanitaria 612', que brindaba apoyo a activistas prodemocracia en Hong Kong
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Este lunes ha comenzado el juicio contra el obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, por parte de la dictadura comunista china, acusado de no haber registrado civilmente la sociedad 'Fondo Ayuda Humanitaria 612', que brindaba apoyo legal y económico a activistas prodemocracia en la excolonia británica.
El apoyo que está recibiendo Zen Ze-Kiun ante este proceso es grande por parte también de la Iglesia. Uno de los últimos en manifestarse ha sido el prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Fernando Filoni, quien ha afirmado que el obispo emérito de Hong Kong no debe ser condenado.
“Hong Kong, China y la Iglesia tienen en él un hijo devoto, del cual no deben avergonzarse. Este es el testimonio a la verdad”, expresó en una carta publicada en eldiario italiano 'Avvenire'. Feloni ha reivindicado el trabajo desempeñado por el cardenal juzgado, a quien conoció en Hong Kong.
Recordó que entonces el cardenal Zen era inspector de los salesianos, “inteligentísimo, agudo, con una sonrisa cautivante”. Asimismo, hizo referencia a su dominio del italiano y conocimientos de la cultura europea pese a su nacimiento en Shangai.
“Y esto para mí era muy bello y fascinante, representaba el prototipo de una interculturalidad que me llamaba a la memoria a Xu Guangqi, un ‘cristiano en la corte de los Ming’ (Elisa Giunipero), o, en otros aspectos, la agudeza del obispo Aloysius Jin Luxian, jesuita, Obispo de Shanghái en el tiempo de Deng Xiaoping y sucesivamente, que amaba presentarse como el ‘Nicodemo de nuestros tiempos’. Ambos shanghaineses”, ha explicado.
En su texto, el cardenal Filoni dijo que el respeto y sostenimiento de la persona fue siempre el pilar de la visión humana y sacerdotal del purpurado chino, incluso ahora en Hong Kong en estos días en que es sometido a juicio. Asimismo, destacó que la integridad moral e ideal del Cardenal Zen fue altamente considerada cuando Juan Pablo II lo nombró obispo y Benedicto XVI lo creó cardenal.
En la misiva, Feloni también puso de manifiesto que “el cardenal Zen es un ‘hombre de Dios’; a veces destemplado, pero sumiso al amor de Cristo, que quiso que fuera su sacerdote, profundamente enamorado, como Don Bosco, de la juventud. Por ello fue un maestro creíble. Además es un ‘auténtico chino’. ¡Nadie, entre los que he conocido, puedo decir, que sea verdaderamente ‘leal’ como él!”, ha expresado.