Tras el fallecimiento de la reina, Carlos III se convierte en “gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra”

La Iglesia anglicana, con 98 millones de fieles, es una de las denominaciones más grandes y con mayor influencia que surgieron durante la Reforma

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Redacción Religión

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Como una de las comunidades históricas más importantes dentro de la tradición protestante, el anglicanismo es quizá una de las denominaciones más grandes y con mayor influencia que surgieron durante la Reforma. Con más de 98 millones de seguidores, la Iglesia anglicana sigue siendo uno de los grandes referentes del cristianismo.

¿Quién es la cabeza de la Iglesia anglicana?

Con el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra, el título de “gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra” ha recaído inmediatamente en su hijo, el ya proclamado Carlos III.

Es un título que ostentan los monarcas británicos y que muestra su liderazgo sobre la Iglesia de Inglaterra. A pesar de que la autoridad del monarca sobre la Iglesia no es fuerte, el título sigue siendo muy relevante y ante todo tiene un sentido simbólico. El gobernador supremo nombra oficialmente a los miembros de alto rango de la Iglesia de Inglaterra con el asesoramiento del primer ministro del Reino Unido.

Uno de esos nombramientos es el de arzobispo de Canterbury, que es la máxima autoridad de la Iglesia anglicana y solo responde ante la Reina. Desde 2012 ostenta ese cargo Justin Welby.

El origen del anglicanismo

En un sentido estricto se puede citar el origen de la Iglesia anglicana en 1534, cuando el Parlamento británico aprueba el Acta de Supremacía que declara al rey Enrique VIII como máximo jerarca de la Iglesia inglesa y se hace oficial la separación con Roma por motivos políticos y personales.

No obstante, el uso del término anglicanismo data del año 1838, cuando esta palabra fue usada para identificar a las Iglesias inglesas sometidas a la autoridad del Rey de Inglaterra y separadas de la Iglesia católico-romana desde 1534.

El término es un derivado de la palabra ‘anglicano’, con la que se conocía a los ingleses desde el siglo XIII, pero fue solo hasta el siglo XIX que la palabra adquirió matices teológicos para poder diferenciar a los cristianos ingleses que no eran protestantes disidentes ni católico-romanos. Desde allí, el término se extendió a las Iglesias fundadas en otros países durante el período de la expansión colonial inglesa.

La historia de Canterbury

El cristianismo en Inglaterra data de tiempos antiguos. La evidencia histórica sugiere que para el año 180 d.C. ya se había constituido la primera diócesis en Londres. Posteriormente algunos obispos ingleses asistirían al Concilio de Arles del año 314. Durante los tres siglos siguientes, el cristianismo local sobreviviría tanto al paganismo de los celtas y al de los invasores anglosajones, así como al pelagianismo. De modo que cuando Agustín de Canterbury (que falleció en el 604) fue enviado desde Roma en el año 597.

Este monje benedictino se convirtió en el primer arzobispo de Canterbury. Se le considera uno de los padres de la Iglesia latina en las islas británicas y además es venerado como santo por las Iglesias católica, anglicana y ortodoxa.

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