Vuelve el calendario de Adviento de Ayuda a la Iglesia Necesitada: "Una virtud de San José para cada día"

Sacerdotes y religiosas vinculados a la Fundación Pontificia narran desde todos los rincones del mundo cómo el padre adoptivo de Jesús transformó sus vidas

Vuelve el calendario de Adviento de Ayuda a la Iglesia Necesitada: "Una virtud de San José para cada día"

Redacción Religión

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Ayuda a la Iglesia Necesitada ha publicado un calendario de Adviento centro en la figura de San José, titulado “A Belén con la Iglesia que sufre. Una virtud de San José para cada día del Adviento”.

Según destacan desde la Fundación Pontificia, San José fue “humilde, silencioso, protector y siempre en segundo plano”. Sin embargo, “qué importante y determinante ha sido este santo en la vida de tantísimas personas, a lo largo de todos los tiempos”.

En este calendario, sacerdotes y religiosos vinculados a Ayuda a la Iglesia Necesitada cuentan, desde todo el mundo, cómo San José transformó sus vidas y de qué manera este santo está presente en el día a día de sus respectivas comunidades. Al fin y al cabo, también la Sagrada Familia, como ellos, sufrió necesidad y persecución. San José es una escuela de virtudes. Seguir su ejemplo llena de sentido nuestro caminar en esta vida y nos predispone en nuestro trayecto al cielo”.

"Recibir al Niño de la mejor manera el 24 de diciembre"

Cada día de este tiempo de Adviento, Ayuda a la Iglesia Necesitada propone un testimonio o reflexión sobre San José de la mano de la Iglesia pobre y perseguida, con los que pretenden ayudar a “recibir al Niño de la mejor manera el 24 de diciembre. “Ojalá haya sitio para Él en tu posada y le recibas con la ternura y el asombro con que, hace más de 2 mil años, le recibió José”, aseguran.

Entre las virtudes que destacan está la de “responsable, sencillo, guía, trabajador, silencioso, padre amoroso, intercesor o luz de vocaciones". Y cuenta con testimonios desde Tanzania, Guinea-Bissau, Marruecos o Rusia, entre otros muchos.

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Los testimonios de la hermana Marcela Moi y del P. Saghar Sabir

Un ejemplo de ello es el testimonio de la hermana Marcela Moi, sierva de la Santísima Virgen María de la Inmaculada Concepción, que viven en Irkutsk (Rusia), que cuenta que cuando su padre falleció en el año 2010, “San José se convirtió en mi padre. Le hablo, le confío todos mis asuntos y le pido ayuda todos los días. Siento que Él está a mi lado”. O el testimonio de Junas Mundri, catequista en la parroquia de Dolda (India) que cuenta que hace unos años la situación en su familia “era muy mala y al borde de la ruptura, no había paz entre nosotros. Decidimos comenzar una novena a través de la intercesión de San José. Cuando terminamos, nuestra familia experimentó paz y se salvó de romperse”.

Así como el P. Saghar Sabir, de la diócesis de Islamabad-Rawalpindi, quien asegura que tiene una enorme devoción a San José desde su adolescencia “siempre ha sido un gran apoyo para mi en diversas situaciones de mi vida. Me inspira porque acepta humildemente y pone en práctica la voluntad de Dios. Me encomiendo humildemente a su sabia protección y rezo para que me guíe, como dirigió a la Sagrada Familia. Que me mantenga cerca del Señor Jesús y de la Mardre María para que siempre pueda ser obediente a la voluntad de Dios como lo fue el mismo San José”.