La COMECE alerta ante Europa: "Necesitamos una educación basada en el desarrollo integral de la persona"

En un documento entregado este 13 de enero a la Comisión Europea, recuerda el Pacto Educativo Global del Papa Francisco que promulga fraternidad, paz y justicia en las aulas

ctv-mcq-alumnos

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

"Que la persona humana esté en el centro del progreso educativo". Este es el principal eje del documento que la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (Comece), la Federación de Asociaciones de Familias Católicas de Europa (Fafce) y Don Bosco Internacional (Dbi), en su papel de partes interesadas e interlocutores de las instituciones de la UE, han presentado este 13 de enero, su contribución a la consulta de la Comisión Europea sobre el Año de las Competencias 2023.

En el texto se pide a la Comisión Europea que aspire a un desarrollo integral de la persona y se subraya la importancia de una educación y formación de calidad. "Dado que la educación acompaña a todo ser humano a su pleno desarrollo y crecimiento, al hablar de competencias y formación es importante que en el centro del progreso educativo esté la persona humana, en virtud de su dignidad, singularidad y talentos", reza el texto, que hace referencia al Pacto Educativo Global lanzado por el Papa Francisco, el "pacto para generar cambios a escala planetaria, para que la educación sea creadora de fraternidad, paz y justicia", reza el documento.

Desarrollo humano integral

Para la Comece, la Fafce y la DBI, la UE debe velar para que el crecimiento del empleo de los jóvenes vaya acompañado de la promoción de su desarrollo humano integral, fundamental para la madurez de los ciudadanos y para que se reconozca la dignidad de toda profesión. Por eso, en el contexto del Año Europeo de las Competencias, se insiste en que, en educación, la formación técnica y el sistema de competencias deben ser complementarios. De este modo pueden ser un motor de fraternidad, paz y justicia a escala mundial.

Para lograrlo, afirma el documento de las tres instituciones, es esencial garantizar un proceso de mejora y actualización de las cualificaciones accesible e integrador, en el que las organizaciones de la sociedad civil puedan desempeñar un papel clave para llegar a los más vulnerables, actualmente en riesgo de sufrir una mayor desigualdad social y discriminación debido a un potencial acceso elitista.

Conciliación de la vida laboral y familiar

Pero hay que tener en cuenta que en la UE la crisis demográfica, el reto educativo y la crisis migratoria impregnan el contexto de la oferta de competencias. La población europea está disminuyendo y envejeciendo drásticamente, y para 2070 se espera que el 30,3% de la población tenga al menos 65 años.

Esto significa una contracción de la mano de obra disponible y un aumento de la tasa de dependencia de la tercera edad. En la zona euro, por tanto, se espera que los flujos migratorios netos sólo compensen parcialmente el descenso de la población en edad de trabajar, a lo que se añade el hecho de que la inmigración también provoca una fuga de cerebros en detrimento del desarrollo económico. Comece, Fafce y DBI defienden, por tanto, la necesidad de invertir en políticas demográficas y favorables a la familia, especialmente en políticas de conciliación familia-trabajo.

Sociedades multiculturales

La aportación ofrecida por Comece, Fafce y DBI pone entonces de manifiesto lo importante que es para el individuo aprender a vivir y crecer, a través del respeto a los demás, en las sociedades actuales donde confluyen diferentes culturas. Esto debe tenerse en cuenta en la formación y la mejora de las competencias, por lo que la UE debe promover procesos de cooperación entre las instituciones educativas y de formación, para que los estudiantes de todas las edades tengan la mejor formación holística posible, y reforzar los itinerarios sobre salidas profesionales en los últimos años de bachillerato, para aumentar la concienciación sobre las posibilidades del mercado laboral.

También se pide reforzar la formación en competencias digitales y promover programas de educación y formación que proporcionen conocimientos correctos, inclusivos y accesibles, independientemente de la situación socioeconómica, y que se adapten a todas las capacidades (físicas y mentales), tanto para niños como para adultos. Pero el plan de acción para la educación digital, se advierte, debe sin embargo poner de relieve los peligros del uso excesivo de Internet en la salud física y mental de los niños: privación del sueño, trastorno de hiperactividad, desarrollo cerebral más débil, menor rendimiento escolar, déficit de inclusión social, etc. Y también debe incluir un programa para prevenir los riesgos en línea de abusos sexuales a menores.