Gloria Cecilia Narváez recuerda emocionada su misión en Malí: "Nos apasionamos por anunciar el Evangelio"
Este sábado, en el invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela, en Madrid, la misionera colombiana recibirá el primer premio misionero "Beata Pauline Jaricot"
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Este domingo se celebra la campaña del Domund 2022 con el lema “Seréis mis testigos”. Una campaña dedicada a todos los misioneros que trabajan por los más necesitados en todo el mundo.
Este sábado, a las 19.30h, en el invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela, en Madrid, la Hermana Gloria Cecilia Narváez recibirá el primer premio misionero “Beata Pauline Jaricot”. La misionera colombiana estuvo este jueves en el programa de TRECE, 'El Cascabel' relatando su historia y en particular el secuestro que vivió en el año 2017 en Malí. Su vida cambió cuando cuatro hombres armados entraron en su casa, donde vivía con otras hermanas, buscando dinero y un rehén. Ella se ofreció como voluntaria y allí comenzaron cinco años de cautiverio en los que no dejó de rezar, incluso para sus captores.
En los últimos meses, Gloria Cecilia pudo volver a “vivir una misión diocesana en Colombia, visitando las familias, los niños y los jóvenes, viendo su sufrimiento y tocando el dolor que me ha conmovido, tocado, humanizado y evangelizado. Me ha hecho ver lo grandioso que es Dios que me ha permitido volver a vivir una misión con esa pasión de anunciar y vivir el Evangelio”.
El trabajo en Colombia está ligado fuertemente a los jóvenes y a los niños: “Hacemos presencia en algunos colegios y en algunas obras sociales, acompañando a muchos niños, huérfanos también. Con la bendición de Dios tenemos una universidad privada donde acogemos a 8.000 estudiantes, fruto del esfuerzo de muchas religiosas que han luchado y han conseguido esta obra de Dios con la cual se ha podido evangelizar a muchos jóvenes”.
Sobre su misión en Malí, Gloria Cecilia ha recordado como su misión era principalmente estar “al servicio de la gente”: “Teníamos un orfanato de niños a los que recibíamos de un día de nacidos porque ellos perdían a sus madres y, según su cultura, perderlas significaba ser malditos y no podían regresar a sus familias. Entonces nosotros los acogíamos y teníamos más o menos un centenar de niños”.
Además, su congregación en Malí se ocupaba de la promoción de la mujer: “En su cultura la mujer no tiene oportunidad de estudiar. Entonces nosotros les enseñábamos a leer, a escribir, a sumar y restar, manualidades, la costura, a tener una cierta economía familiar”.
La hermana Gloria Cecilia ha relatado en ‘El Cascabel’ de TRECE cómo vivió el secuestro: “En ese tiempo nos estábamos dando cuenta que había mucha persecución. Éramos la única congregación que estaba en una aldea, completamente solas. Ese día entraron cuatro hombres y querían llevarse a una de las hermanas y dije que me llevaran a mí porque yo era la responsable y ellas eran muy jóvenes, estaban comenzando. Estos casi cinco años de secuestro los viví con mucha fe. Con la escucha de Dios, con el silencio… Ante las amenazas yo pensaba en lo que San Francisco de Asís decía: “si te azotan bendícelos” y yo bendecía a los yihadistas y pedía que Dios cambiara sus corazones”.
Junto a la hermana Gloria Cecilia se encontraban otras tres mujeres y, en su caso, pedían por su liberación el poder hablar con el presidente de Mali, además de su conversión al islam, algo que no consiguieron: “Nunca renunciaría a mi fe”
¿Qué tienen los misioneros que, a pesar de vivir conflictos, continúan en esos lugares?: “La misión en África me humanizó, vi a niños y mujeres morir. Nosotros nos apasionamos por anunciar el Evangelio y vivirlo y eso se vive cuando se toca el sufrimiento de los demás. Dios nos hace vivir esa humanidad”, explica la hermana. Todo un ejemplo de entrega a los más necesitados, incluso anteponiendo la vida del prójimo a la tuya propia.