La historia del Cristo milagroso al que rezó el Papa Francisco hace un año por el fin de la pandemia
El Santo Padre sorprendió al mundo con una bendición Urbi et Orbi en una Plaza San Pedro vacía y silenciosa que jamás olvidaremos
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Hace un año vivíamos los primeros meses de la pandemia, probablemente los más duros, y el Santo Padre sorprendió al mundo con una bendición Urbi et Orbi especial que jamás olvidaremos. En medio del silencio de una Plaza San Pedro vacía, Papa Francisco rezó por el fin de la pandemia. Un crucifijo presidía aquella oración, el Cristo milagroso que se encuentra en la iglesia de San Marcello en Roma.
Eva Fernández, corresponsal de COPE en Roma, ha querido recordar ese momento tan importante con una visita al Crucifijo: “¿Os acordáis del Cristo milagroso que presidió en la plaza de San Pedro aquella impresionante oración del Papa por el cese de la pandemia? Se encuentra en la iglesia de San Marcello de Roma, en la Via del Corso, y siempre está acompañado” escribía con un tuit en su perfil.
Imágenes para la historia
Durante la Cuaresma del año pasado el Papa dejó muchas imágenes para la historia y una de ellas fue la foto de él caminando por una Roma desierta. La habitualmente llena “Via del Corso” estaba vacía y silenciosa. El Papa se acercó a la Iglesia de San Marcello al Corso para rezar por sus fieles.
En esta Iglesia se conserva este antiguo y venerado crucifijo de madera que data del siglo XV, sobrevivió a un incendio y salvó a la ciudad de la Gran Peste. Ese crucifijo, abrazado por San Juan Pablo II, marcó la culminación de la Jornada Mundial del Perdón durante el Gran Jubileo del año 2000.
La historia del "Santo Crucifijo"
Las tradiciones de milagros atribuidas al "Santo Crucifijo" comenzaron el 23 de mayo de 1519 cuando un incendio, durante la noche, destruyó completamente la iglesia dedicada al Papa Marcello. A la mañana siguiente todo el edificio se había reducido a escombros, pero de entre las ruinas emergió intacto el crucifijo del altar mayor, al pie del cual aún arde una pequeña lampara de aceite.
Esta imagen tocó profundamente el corazón de los fieles, moviendo a algunos de ellos a reunirse todos los viernes por la noche para rezar. El 8 de octubre de 1519 el Papa León X ordenó la reconstrucción de la iglesia.
La Peste negra en Roma
Tres años después del incendio, Roma fue golpeada por la Peste negra. El pueblo llevó el crucifijo en procesión, logrando superar incluso las prohibiciones de las autoridades, preocupadas por la propagación del contagio.
El crucifijo fue sacado y conducido a través de las calles de Roma hasta la Basílica de San Pedro. La procesión duro 16 días y a medida que avanzaba, la peste daba señales de regresión, por lo que cada distrito trató de mantener el crucifijo el mayor tiempo posible. Al final, al volver a la Iglesia, la plaga había cesado por completo.
Desde 1600, la procesión de la Iglesia de San Marcello a la Basílica de San Pedro se convirtió en una tradición durante el transcurso del Año Santo. En el reverso de la cruz están grabados los nombres de los diferentes Pontífices y los años de los jubileos.