La historia del museo de las Almas del Purgatorio en Roma: testimonios y objetos en este templo neogótico

En 1897 la capilla del templo se incendió y cuando el P. Jouët entró vio un rostro humano que tenía una expresión de tristeza y melancolía

La historia del Museo de las Almas del Purgatorio en Roma: testimonios y objetos en este templo neogótico

Redacción Religión

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La ciudad de Roma acoge un sinfín de lugares que, cuando la visitamos como turistas, no llegamos a ver. Si vamos a la Ciudad Eterna un fin de semana seguramente nos pueden escapar cosas y aunque viviésemos allí durante meses nos faltaría algo que ver.

En Roma se encuentra el Museo de las Almas del Purgatorio donde hay unos 15 testimonios y objetos que probarían las “visitas” de estas almas a sus seres queridos para pedirles que recen por ellas.

Eva Fernández, corresponsal de COPE en Roma, nos hizo descubrir ayer, lunes 1 de noviembre, en su cuenta personal de Twitter, la historia de esta iglesia muy particular que acoge este museo todavía más especial dedicado a las Almas del Purgatorio.

El museo está dentro de la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio y fue creado en 1897 por el P. Víctor Jouët, un sacerdote francés misionero del Sagrado Corazón. El presbítero también fundó en Roma la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús para el Sufragio de las Almas en el Purgatorio.

Entre los años 1896 y 1914 la asociación utilizó una capilla que estaba ubicada en el lugar de la iglesia actual. En 1897 la capilla se incendió y cuando el P. Jouët entró vio un rostro humano que tenía una expresión de tristeza y melancolía. Este suceso lo impresionó y llegó a la conclusión de que se trataba del alma de un difunto que quería contactarse con los vivos.

A partir de dicho año, el padre Victor mantuvo la posición de haber observado un rostro con rasgos humanos con la cara triste plasmada sobre una de las paredes. El cura empezó a recorrer Europa para recopilar más “testimonios” de la existencia del purgatorio y si se habrían registrado apariciones análogas. El sacerdote determinó que el difunto era un condenado del purgatorio que deseaba ponerse en contacto con los humanos, por lo que se decidió fundar tal museo.

Dicho sacerdote se encargó entonces de buscar toda clase de pruebas y documentación con el fin de demostrar que el purgatorio existía, hasta que consiguió encontrar una amplia cantidad de material que hizo que llegase a la mera conclusión de pensar que los muertos condenados en el purgatorio atormentan a los vivos con el objetivo de solicitar oraciones y misas de sufragio para lograr el transporte de las almas condenadas hacia el Paraíso.

Uno de los objetos que consiguió es la huella de un dedo en la funda de una almohada, cuando Sor María de San Luis de Gonzaga se le apareció una noche después de su muerte en 1894 a Sor Margarita del Sagrado Corazón.

Esta aparición fue registrada en los archivos del monasterio de Santa Clara del Niño Jesús en Bastia, Italia. Sor María le dijo a Sor Margarita que ella estaba en el purgatorio como una expiación por su falta de paciencia en aceptar la voluntad de Dios.

En el museo también está el libro de oración perteneciente de una mujer llamada María Zaganti, donde hay huellas dactilares de su amiga Palmira Rastelli. Esta última era hermana del P. Sante Rastelli, párroco de la iglesia local, y se le apareció el 5 de marzo de 1871 pidiéndole que se ofrezcan Misas por su alma y que estas debían ser celebradas por su hermano.

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