Al menos un muerto y cinco heridos en el bombardeo de otra iglesia en Myanmar

Desde el golpe militar de febrero de 2021 han sido destruidos o dañados al menos 92 lugares religiosos

Al menos un muerto y cinco heridos en el bombardeo de otra iglesia en Myanmar

José Ignacio Rivarés

Publicado el - Actualizado

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Un hombre de 52 años murió el pasado 30 de diciembre en Myanmar a causa de las heridas sufridas por el bombardeo de una iglesia cristiana. Otras cinco personas, dos de ellas niños, resultaron heridas de diversa consideración. El ataque fue perpetrado por el ejército birmano. Los hechos sucedieron en San Hka, una aldea situada en el Estado de Kachin. El proyectil cayó en el recinto de la iglesia de San Miguel.

Kachin es el Estado más septentrional de Myanmar, fronterizo con China e India, y a diferencia de otras regiones del país cuenta con una importante presencia cristiana. El ejército birmano combate allí a una guerrilla que desde hace décadas combate por la independencia. Según la población local, a pesar de que no hay enfrentamientos directos entre ambos contendientes, los militares llevan bombardeando la zona desde el pasado mes de noviembre.

Otro ataque más

El bombardeo de un lugar de culto no es algo nuevo en Myanmar. Hasta el pasado mes de octubre habían sido destruidos o dañados en el país al menos 92 lugares religiosos o sagrados, según un informe de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) publicado el 28 de octubre. El estudio recopila los ataques cometidos entre el 1 de febrero de 2021, fecha del golpe de Estado militar que acabo con la incipiente democracia, y mayo de 2022. La mayoría de ellos se han producido en los Estados de Kachin, Chin y Kayah. En este último precisamente, el de mayor presencia cristiana situado en la frontera con Tailandia, una bomba lanzada sobre otro templo mató el 23 de mayo de 2021 a cuatro personas que se habían refugiado en él huyendo de la violencia.

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En octubre de ese mismo año 2021, el Tatmadaw (ejército nacional) atacó también la iglesia bautista de la localidad de Tlang Rua, en el Estado de Chin. Posteriormente los soldados la ocuparon y acamparon en su interior.

Los obispos birmanos ha pedido reiteradamente al estamento castrense que respete los templos, escuelas y hospitales. En su mensaje con ocasión de Navidad, previo por tanto al nuevo bombardeo, el Papa Francisco tuvo un recuerdo para Myanmar y pidió la «reconciliación» de sus habitantes. El Santo Padre visitó la nación del 27 al 30 de noviembre de 2017. Por su parte, el arzobispo de Yangon (antigua Rangún), cardenal Charles Maung Bo, ha dicho en su mensaje para el Año Nuevo que la paz no solo es posible, sino que constituye «la única salida».

Nueva condena a Aung San Suu Kyi

A día de hoy, sin embargo, la junta militar no está dispuesta a ceder ni compartir el poder que arrebató por la fuerza a los dirigentes políticos elegidos democráticamente hace tres años. Lo más que cabe esperar son «gestos» como la liberación de 6.000 presos políticos decretada el pasado mes de noviembre, con ocasión del día nacional.

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Aung San Suu Kyi en 2015 con el general Hlaing, jefe del ejército que puso fin a la democracia birmana en febrero de 2021 / EFE.

El pasado 30 de diciembre, el mismo día del bombardeo a la iglesia de Kachin, un tribunal de Yangon condenó a otros siete años de prisión a Aung San Suu Kyi, el gran referente de la lucha por la democracia. Esta vez la pena es por supuestas irregularidades en la compra de un helicóptero durante su etapa en el gobierno que compartió con los militares. En otra vista anterior, en agosto, la premio Nobel de la Paz fue condenada a seis años de cárcel por cuatro casos de corrupción relacionados con la actividad de una ONG. En total, Aung, de 77 años, acumula ya más de dos décadas en condenas impuestas desde el golpe de Estado, y aún tiene pendiente varias causas más. Ni que decir tiene que lo que estos juicios dirigidos buscan es su inhabilitación perpetua para el ejercicio de la política.

La represión de las protestas por el golpe de Estado dejaron en los meses posteriores más de 2.100 muertos. La Asociación de Asistencia a Presos Políticos calcula que en las cárceles del país hay todavía unos 12.000 presos políticos.

Varios millones de birmanos siguen hoy fuera de sus hogares, pasando hambre y viviendo en condiciones de miseria. Miles de cristianos han celebrado esta Navidad ocultos en la selva o en campos de refugiados temporales.

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