El obispo Álvarez, sitiado en Nicaragua desde hace ocho días: "Nuestras vidas están en manos de Dios"

El obispo fue acusado el viernes pasado por la Policía Nacional de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al país"

El obispo Álvarez, sitiado en Nicaragua desde hace ocho días: "Nuestras vidas están en manos de Dios"

Agencia EFE

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El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, sitiado desde hace ocho días por la Policía Nacional que lo acusa de intentar "organizar grupos violentos", dijo este jueves que su vida, así como la de cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos que se encuentran retenidos en un Palacio Episcopal, "están en manos de Dios".

"Nuestras 11 vidas están en las manos del Señor", afirmó el alto jerarca al ofrecer una misa telemática desde el Palacio Episcopal del departamento de Matagalpa, donde se encuentra recluido desde el jueves pasado.

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"Estamos en las manos de Dios"

"Estamos en las manos de Dios. Queremos hacer solamente su voluntad y queremos darle gloria a Él", continuó Álvarez, de 55 años y obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua.

El obispo fue acusado el viernes pasado por la Policía Nacional de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales", y desde hace ocho días se encuentra retenido junto a cinco sacerdotes y cinco laicos en el Palacio Episcopal, que está sitiado por fuerzas especiales policiales.

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Crisis política y social desde el año 2018

Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años. Ortega ha tildado de "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.

Nicaragua vive una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.