Un obispo de Nicaragua denuncia el ataque de un grupo armado en su contra
El obispo de Nicaragua, Rolando Álvarez, ha sufrido un ataque por un grupo armado cuando se reunían con diferentes líderes religiosos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Rolando Álvarez, obispo de Nicaragua, ha denunciado este jueves 19 de julio, haber sido asediado por un grupo de hombres armados. Sucedió mientras se reunía con líderes religiosos de la diócesis de Matagalpa, al norte del país, que atraviesa su peor crisis sociopolítica desde hace años.
Álvarez, uno de los obispos más influyentes de Nicaragua, y quien es rechazado por grupos oficialistas, dijo que los armados "andaban vestidos del típico tinto (color) militar, con fuerte armamento de AK-47 y pertrechados hasta los dientes de municiones", durante el asedio, ocurrido la tarde de ayer.
La denuncia del obispo se da en medio de una nueva ola de asedio y capturas de personas que rechazan al presidente Daniel Ortega, ejecutados por la Policía Nacional y paramilitares, que según la oposición, anteceden a la celebración del aniversario 40 de la revolución sandinista.
El religioso afirmó que los hombres "estaban escondidos detrás de los árboles", hasta que fueron descubiertos por "una multitud" de personas que lo acompañaban, y que al ver a los armados, los siguieron con piedras y palos, hasta expulsarlos.
"La multitud de fieles que venían acompañándome se sentían muy molestos y enardecidos, lastimados en su dignidad, con sus manos limpias, con su propia humanidad, prácticamente se enfrentaron a estos hombres", indicó Álvarez hoy, en conferencia de prensa.
El clérigo reclamó que "es una enorme y gravísima irresponsabilidad del grupo o escuadra que haya cometido semejante hecho, (por) las consecuencias funestas que esto podía haber tenido, no con mi persona, sino con la población, que prácticamente formó una valla humana".
En un vídeo del hecho, divulgado en internet, se observa que decenas de campesinos de la comunidad de Terrabona, hombres, mujeres y niños, se internan en la montaña en busca de los armados.
Álvarez sostuvo que escenas como estas no son comunes en Terrabona, y pidió al Ejército de Nicaragua que realice una auditoría, para confirmar que los armados no eran efectivos militares, y que el armamento de guerra que cargaba el grupo no pertenece a las Fuerzas Armadas.
El cardenal Leopoldo Brenes, que lamentó lo ocurrido, manifestó su "total respaldo" las declaraciones del obispo Álvarez, y llamó a las autoridades a "investigar estos actos gravísimos de personas armadas en estas comunidades".
Las relaciones entre la iglesia Católica de Nicaragua y el Gobierno de Ortega se fracturaron en los últimos 15 meses, como producto de la crisis sociopolítica que vive el país.
El presidente acusa al Episcopado de apoyar un supuesto golpe de Estado, porque estos arriesgaron su vida en 2018 para salvar la de miles de civiles de los ataques armados de las fuerzas combinadas del Gobierno, que en su mayoría fueron letales.
Datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) indican que al menos 326 personas han muerto por dichos ataques, cantidad inferior a las 594 que estiman los organismos humanitarios locales, pero superior a los 200 que reconoce el Gobierno.