La revista ECCLESIA en 2022: La guerra de Ucrania

El año 2022 será recordado, ante todo, por la guerra en Ucrania, un conflicto de consecuencias aún impredecibles. La invasión rusa comenzó el 24 de febrero y pronto se comprobó que lo que se presuponía una guerra relámpago, dada la superioridad militar rusa, no iba a ser tal. Occidente cerró filas con el agredido y acudió en su ayuda: por un lado acogiendo a millones de refugiados, por otro proporcionando armas a su ejército. El Papa envió a dos de sus cardenales, Czerny y Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral el primero, Limosnero Pontificio el segundo, para hacer llegar su solidaridad y estudiar cómo socorrer a los más vulnerables. La fotografía de Krajewski orando ante una enorme fosa común cerca de Kiev será recordada durante mucho tiempo.

La Santa Sede ha hecho denodados esfuerzos para conseguir la paz, pero hasta ahora todo ha sido en vano. El Papa, en un gesto sin precedentes, se personó en la embajada rusa ante la Santa Sede al día siguiente de la invasión para transmitir su preocupación por un conflicto que, como diría después, ponía a la Humanidad el peligro de autodestruirse.

Los esfuerzos para conseguir ganar para la causa de la paz al patriarca Kirill de Moscú tampoco han dado fruto. El 16 de marzo Francisco se entrevistó con él por videoconferencia. Fue un diálogo de sordos. La Iglesia ortodoxa rusa sigue apoyando y dando cobertura teológica a la cruzada de Putin. Su entonces número dos y responsable de Relaciones Externas del Patriarcado, el metropolitano Hilarión, fue defenestrado por su posicionamiento crítico. De nada han servido tampoco con Kirill los esfuerzos del primado anglicano Welby y del Consejo Mundial de Iglesias.

El encuentro entre el Santo Padre y el Patriarca proyectado para el 14 de junio en Jerusalén fue suspendido. La posibilidad de un cara a cara entre ambos en el Congreso de Líderes de Religiones de Kazajistán también se desvaneció, pues Kirill no acudió. En ese evento, el prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, cardenal Ayuso Guixot, habló de ruptura de relaciones y dijo que la situación era de «impasse». Moscú confirmó poco después que las relaciones estaban «congeladas». El encuentro de Jerusalén habría sido el segundo tras su histórica entrevista de 2016 en La Habana, de la que salió una declaración común.