El testimonio del cardenal venezolano Baltazar Porras sobre la situación de su país: "Estamos perseguidos"
El cardenal ha impartido una conferencia en Madrid para seguir impulsando la campaña que Ayuda a la Iglesia Necesitada emprendió en el país latino
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La situación de incertidumbre y miseria que viven millones de venezolanos preocupa y mucho en España. No es para menos, si tenemos en cuenta que padece una situación de emergencia humanitaria, lo que ha obligado a unos cinco millones de habitantes a huir del país, de los que medio millón, aproximadamente, son niños.
El 60% de las familias busca comida en la calle a diario y el 30% de los niños sufre problemas de desnutrición. Hay 200.000 mujeres víctimas de la trata y 23.000 personas fueron asesinadas en 2018. En el ámbito sanitario la situación es dramática: la mitad de los quirófanos están cerrados y no hay medicinas. La gente se muere de cualquier dolencia que aquí sería leve.
En medio de la catástrofe, la Iglesia venezolana realiza un trabajo inagotable para sostener y ayudar a cientos de miles de ciudadanos que han perdido la dignidad como seres humanos. De ahí que la campaña de este año de 'Ayuda a la Iglesia Necesitada' vaya destinada a favor de la Iglesia en el país Latinoamericano y que COPE, como cada año, ha hecho suya.
En el ecuador de esta campaña, que se mantiene activa hasta finales de marzo, se han recaudado 1,3 millones de euros. Para dar un nuevo impulso a la campaña, estos días está en España el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de la Archidiócesis de Mérida, administrador apostólico de la Archidiócesis de Caracas y responsable de Cáritas Venezuela, que entre otros actos, ha impartido este miércoles una conferencia sobre la realidad que vive su país. Ha sido en Madrid, en la Universidad San Pablo CEU.
El cardenal sostiene que Venezuela es uno de los territorios que con mayor virulencia ha padecido el auge de los populismos a través del Régimen de Maduro, donde el contrapeso del poder no existe: “Se cometen todo tipo de abusos, sobre todo en los últimos tres años. Se ha destruido el aparato productivo y ha habido una ruptura de los valores éticos, lo que golpea especialmente a la Iglesia”.
A juicio de Baltazar Porras, al Gobierno venezolano no le importa el bienestar de su pueblo: “La represión es indiscriminada, lo que genera miedo. Las cifras no se conocen con exactitud, porque ninguna institución que no sea el Gobierno puede dar una estadística, lo cual es delito. La Iglesia está obligada a hacerlas para Roma, por lo que hay una disparidad entre los datos oficiales y la realidad”.
Para el cardenal latino, el país padece la crisis más profunda de su historia: “Es devastador. En este contexto, la Iglesia ha ganado mucha credibilidad, pero no porque seamos los mejores, sino porque instituciones como el Ejército o la Universidad, que antes tenían un elevado grado de credibilidad, la ha perdido. La Iglesia en cambio está con la gente, con su sufrimiento y dolor. No nos dejamos llevar por la irracionalidad o permitir que esto se arregle mediante las guerras o las armas”.
Como hemos comentado, la situación económica del país es nefasta, con una hiperinflación que hace que el valor del dinero esté por los suelos. Un profesor de Universidad con doctorado no supera los cien dólares mensuales de salario. En medicina el panorama no es distinto: “Cada vez que vamos allá estamos cargados de medicamentos. La Iglesia española es muy solidaria”, subraya Baltasar.
El arzobispo de la Archidiócesis de Mérida ha remarcado que en estos años de caos la Iglesia en Venezuela ha experimentado una mayor maduración en la fe: “Ante tanta miseria, es difícil manejar estas situaciones. Es impresionante ver el trabajo de las monjas en las 24 vicarías en zonas marginales de Caracas. Lo hacen con una entrega, alegría y cercanía tremendo. Entre ellas hay una monjita mexicana con sus zapatos rotos, que sube y baja unos 800 escalones varias veces al día, pero pese a no poder comprarse nuevo calzado, no quiere que le cambiemos de destino”.
Una labor la de la Iglesia no exenta de peligros, ya que tal y como recuerda Baltazar Porras, corren el riesgo de ser perseguidos: “En Venezuela hay un dicho que se emplea mucho... Camilo, no te comas a los curas, que la carne de cura indigesta. Con esto se demuestra que las amenazas son de todo tipo, especialmente verbales, aunque el año pasado murieron algunos sacerdotes en condiciones extrañas. Nos insultan con frecuencia. De hecho, los domingos durante la misa puedes ver agentes en moto escuchando la homilía para ver qué se dice”.
Además, ha denunciado la intención del Gobierno de Maduro por erradicar la educación católica en las escuelas: “Cada vez la estrangulan más. Ha habido una fuerte resistencia que no ha estado incentivada por la Iglesia, sino por los padres y los profesores”. Para concluir, Baltazar Porras tiene claro la única vía posible para que Venezuela remonte y salga de su particular drama: “El diálogo para no recurrir a las armas”.
Monseñor Carlos Osoro, presente en la conferencia
Por su parte el arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro, ha asistido a esta interesante conferencia, donde ha dado las gracias a la Iglesia venezolana por la labor que desempeña en el país pese a sus difíciles condiciones: “Una Iglesia capaz de denunciar, de promover, dispuesta a no dejarse robar la alegría y la esperanza. Una Iglesia que se mantiene firme en su obligación de reclamar diálogo en todas las circunstancias y donde no haya vencedores ni vencidos, y hacerlo con serenidad”.