¿Sabías que la Basílica del Vaticano no es la Catedral del Papa?

Esta Basílica es conocida como “madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y de la Tierra”

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Cuesta creer que la iglesia más visitada de toda Roma – es decir, la Basílica de San Pedro - no sea la sede Arzobispal de la Ciudad Eterna, pero en efecto, es así. Es decir, que la Basílica de San Pedro no es la catedral del Papa. Este honor corresponde a la Archibasílica del Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista, mejor conocida por todos como San Juan de Letrán, una de las cuatro basílicas mayores en Roma, junto a la de San Pedro, San Pablo Extramuros y Santa María La Mayor.

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Su historia

La Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral en la que el Papa toma posesión de su cátedra como Obispo de Roma y de la Iglesia Universal, y fue consagrada por el Papa San Silvestre en el año 324. Su nombre, “de Letrán” (en italiano, “San Giovanni Laterano”), procede de los antiguos propietarios del lugar, los “Laterani”, que se enfrentaron a problemas económicas durante el mandato de Nerón. Finalmente, sus bienes fueron confiscados por la autoridad imperial, terminando eventualmente en manos de la esposa del Emperador Constantino, que decidió donarlos posteriormente a la Iglesia, tras la victoria en la Batalla de Ponte Milvio.

La basílica de San Juan de Letrán fue construida en el siglo IV d. C. en un área de la antigua Roma llamada Horti Laterani, que después de varias vicisitudes se convirtió en propiedad de Fausta, esposa del emperador Constantino, quien decidió donar la tierra y el palacio que estaba allí al Papa Melchiade, para que pudiera establecer su residencia allí. Según la tradición, fue Constantino, quien después de la victoria de Ponte Milvio en el año 312 DC. dio la orden de construir una gran basílica en acción de gracias a Dios.

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La basílica más antigua del mundo

Como muchas otras iglesias paleocristianas en Roma, San Juan de Letrán también sufrió muchos cambios y se enriqueció con obras de arte a lo largo de los siglos, hasta la última renovación del siglo XVII, que Inocencio III le confió al genio de Borromini. Este último encerró las antiguas columnas de la nave central en nuevos pilares, alternando con algunos arcos, donde colocó unos nichos dentro de los cuales todavía podemos admirar las imponentes estatuas de los 12 Apóstoles.

Su fundación precede a la de San Pedro en el Vaticano por 14 años, por lo que es en todos los aspectos la basílica más antigua del mundo. Además, es la iglesia episcopal del Papa como obispo de Roma, y por esta razón solo el Santo Padre puede celebrar misa allí. La silla papal se mantiene dentro de la basílica, es decir, el trono reservado para el obispo de Roma, un símbolo de su poder religioso y temporal.

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Una ultima curiosidad

Cerramos con una curiosidad: se dice que cualquiera que se apoye en una de las columnas de la nave central de la iglesia puede hablar con otra persona apoyada en el lado opuesto, sin que nadie pueda escuchar. Si no lo creéis podéis utilizarla como una buena excusa para visitar una de las basílicas más bonitas de Roma.

Sin embargo, y a pesar de ser conocida como “madre y cabeza de todas las iglesias de Roma y de la Tierra”, todos seguimos yendo, apenas pisamos Roma, inmediatamente a la Plaza de San Pedro, a admirar la basílica, la Columnata de Bernini y el obelisco que rememora el martirio de Pedro.