El card. Krajewski entrega la segunda ambulancia en Kiev: "Celebraré el Vía Crucis donde se sufre y se muere"
El limosnero apostólico vivirá este Viernes Santo un Vía Crucis en las zonas marcadas por la crueldad del conflicto en Ucrania
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El cardenal Konrad Krajewski ha cumplido uno de los objetivos de su tercer viaje a Ucrania entregando una segunda ambulancia en Kiev, el símbolo con el que Francisco – dijo el cardenal - “besa los pies del pueblo ucraniano”. El otro objetivo es pasar y vivir estos días del Triduo y la Pascua con los que viven la pasión desde hace 50 días. Es justamente en Kiev – dice a los medios vaticanos – donde vivirá su Viernes Santo mientras el Papa lo celebra en el Coliseo.
Preguntado por Vatican News sobre cómo fue la entrega de esta ambulancia, Krajewski afirma que “todo fue muy bien, porque el director del mayor hospital de cardiología de Kiev comprendió inmediatamente que era un símbolo, no sólo para salvar vidas, sino también un símbolo de la posible resurrección de Ucrania”.
El limosnero pontificio celebró este Viernes Santo el Vía Crucis en las ciudades de Bucha y Borodianka, donde tras la retirada del Ejercito ruso aparecieron cientos de cadáveres de personas torturadas y ajusticiadas. El cardenal junto con Kulbokas y otras personas se detuvo en las carreteras de Borodianka para las meditaciones de las estaciones de la Vía Crucis ante los cuerpos aún sin enterrar de las víctimas que han ido apareciendo en estos días.
El director del hospital le dijo al limosnero apostólico unas palabras difíciles de olvidar: “Somos médicos y debemos ser como el buen samaritano y operar no sólo a los ucranianos heridos, al pueblo y a los militares, sino que debemos ayudar a todos, incluidos los rusos”.
“Estas palabras para mí – dice el cardenal Krajewski – son puro Evangelio: es duro, pero cuando lo seguimos, es tan hermoso como la primavera y todo florece. Aprendí mucho de este director, valió la pena viajar miles de kilómetros en ambulancia para escuchar a un director que hablaba de esta manera delante de unos 150 médicos. Para mí, la suya fue la verdadera “homilía” del día”.
Sobre el ambiente que se encontró en la capital ucraniana, Krajewski afirma que “parece que la ciudad empieza a cobrar vida, pero no es cierto. Aquí hay grupos de asalto, sirenas sonando y gente escondiéndose. Y basta con salir a poca distancia de Kiev para encontrar los signos más profundos de la guerra, hasta las personas sin vida. Intentaré llegar a estos mismo lugares y celebrar el Vía Crucis, mientras el Papa lo hará en el Coliseo. Con el nuncio, de manera privada, haremos nuestro Vía Crucis donde está la verdadera Pasión de Jesús, donde se sufre y se muere”.
El Papa Francisco ha querido que el cardenal Krajewski se quedase toda la semana allí en Ucrania: “La presencia es el primer nombre del amor […] por eso me envió aquí: para estar entre la gente y no para hacer fotos o viajar, sino para quedarme y rezar”.