Christian Carlassare, obispo en Sudán del Sur: "Espero que los ojos del mundo vuelvan a mirar a este país"

El país espera con mucha ilusión la llegada del Papa Francisco el próximo 3 de febrero: "La gente es consciente de que es una gran bendición la visita del Santo Padre"

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Redacción Religión

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Christian Carlassare, obispo de Rumbek en Sudán del Sur, está esperando con mucha ilusión la llegada del Papa Francisco al país el próximo 3 de febrero. El obispo italiano participó la semana pasada en un seminario web organizado por Cáritas Italia sobre la crisis alimentaria en África y subrayó que el Papa y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, “encontrarán un país que se ha sentido abandonado, que ha sufrido mucho por el conflicto y que solo atrae la atención mundial en determinadas ocasiones”.

El misionero comboniano había sido herido a tiros en su casa de Rumbek pocos meses antes de tomar posesión como obispo de la diócesis. Monseñor Carlassare admite que “la gente está muy ilusionada por recibir al Santo Padre porque es consciente de que es una gran bendición”. El obispo italiano ha recordado además el gesto del Papa cuando se encontró en el Vaticano con líderes del país y se arrodilló y les besó los pies “como una señal para pedirles que fueran padres de la nación y sirvieran al bien común”.

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Ahora tenemos un gobierno de transición y unidad nacional que tiene el mandato de preparar unas elecciones democráticas y unificar el país. El trabajo es arduo y la comunidad internacional, por diversas razones, parece bastante tímida a la hora de supervisar este proceso”, ha advertido el obispo de Rumbek.

Los habitantes del país esperan recibir “una bendición del Papa que sea capaz de cambiar los corazones y sobre todo desarmar los corazones de los violentos para que la unidad y la paz sea un camino posible […] esperan que, en esta ocasión, los ojos del mundo vuelvan a mirar a este país que sigue estando muy necesitado del apoyo de la comunidad internacional”.

Sobre la posibilidad real de alcanzar la paz en el país, el obispo italiano tiene claro que “ningún país está destinado a un conflicto perpetuo […] es un camino largo y en el que también se pueden encontrar obstáculos. No se puede avanzar si no se tiene el valor de superarlos. Pero no hay otra manera. O se camina por la senda de la paz o no habrá vida digna”

Preguntado por qué se necesita para reconciliar realmente al país, el obispo italiano cree que “es necesario mantener el compromiso de las instituciones con el diálogo y la paz, seguir formando las conciencias de los ciudadanos hacia el bien común, la educación de los niños, el desarme no solamente de las armas, sino también de la rabia y la frustración que muchas personas llevan dentro. Hay que curar las heridas del trauma. Y por último, crear trabajo y recuperación económica, porque hay mucha miseria, y solo desde la satisfacción de las necesidades básicas podemos vislumbrar una humanidad reencontrada y posible. Solidaridad no falta. Y esta es la fuerza de Sudán del Sur”.

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Nada más ser nombrado obispo de Rumbek, monseñor Christian Carlassare sufrió un grave atentado y el obispo recuerda que “ese acto fue llevado a cabo por personas tan ciegas como cualquiera que utilice la violencia. Por otro lado, para mí fue un motivo de solidaridad y comunión con el pueblo del país, tan a menudo víctima de la violencia”.

Por último, preguntado por si se va a encontrar con el Papa, el obispo afirma que se unirán al Santo Padre en Juba “en una peregrinación a pie y una peregrinación de paz”: “Seremos un grupo de 80 jóvenes con representación también de otras Iglesias. Partiremos el miércoles 25 de enero, día de oración por la unidad de los cristianos. Y caminaremos durante nueve días de camino a Juba. Cada día nos detendremos en una comunidad cristiana para llevar el mensaje de comunión y reconciliación”.

Llegarán a Juba el 2 de febrero: “Será un viaje lleno de alegría y esperanza. Un viaje que continuará incluso después de la visita del Papa para llevar su mensaje a todas las comunidades de Sudán del Sur”.