Se cumplen seis años de la renuncia efectiva del Papa Benedicto XVI: así se vivió

El 28 de febrero de 2019 es un día que en la Iglesia se recuerda como el de un adiós y un gracias. Tal día como hoy hace seis años, el Papa Benedicto XVI anunciaba su renuncia al Primado de Pedro. Un hecho que no se había producido en la Iglesia en 600 años: la renuncia de un papa y la elección de un sucesor sin que el motivo fuese el fallecimiento del anterior. Ante los cardenales en Castel Gandolfo, Joseph Ratzinger leyó el mensaje en latín que hacía definitivo su cese.

"Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad declaro, que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por los cadenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20:00 hrs., la sede de Roma, de San Pedro, quedará vacante  y deberá ser convocado, por medio de quien tine las competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice".

La renuncia del papa alemán fue una decisión personal y reflexionada que plasmó en un discurso a los purpurados que comenzó a las 11:00 hrs. de ese 28 de febrero de 2013. Entre otros mensajes, afirmó que la Iglesia de la que había sido pastor casi ocho años debía ser "una realidad viva", recordando que siempre que "su corazón es Cristo". 

Así, el papa número 265 de la historia de la Iglesia, pasaba a ser emérito. En su renuncia prometió lealtad plena a su sucesor, o "reverencia y obediencia incondicionales", como dijo Ratzinger. Comenzaba así la sede vacante en la Iglesia y el cometido de los cardenales de la Curia Romana de designar a un nuevo pontífice.

Una vida de retiro y descanso en los jardines vaticanos

En la actualidad, la vida Benedicto XVI a sus 91 años es de retiro, de descanso, de reflexión y de oración. Su salud y sus cansancios físico y espiritual se mitigan en el Monasterio Mater Ecclesiae que está en los jardines de El Vaticano. Su sucesor, el Papa Francisco, lo ha visitado en varias ocasiones y junto a él ha protagonizado una celebración eucarística muy especial. En abril de 2014, oficiaron juntos una misa que se llamó "la de los cuatro papas", en la que Francisco canonizó a sus predecesores, Juan XXIII y Juan Pablo II.