Emmanuel Macron nombra nueva embajadora en el Vaticano
Elisabeth Beton-Delègue se ha convertido en la primera mujer francesa que ocupa este prestigioso puesto
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Emmanuel Macron ha nombrado como embajadora ante el Vaticano a la diplomática Elisabeth Beton-Delègue, que se convierte en la primera mujer francesa que ocupa este prestigioso puesto.
La noticia ha salido publicada en el Boletín Oficial, donde se puede leer que Elisabeth Beton-Delègue "es nombrada embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de la República francesa ante la Santa Sede".
El gobierno galo se ha tomado su tiempo para encontrar a la persona adecuada para suceder al embajador precedente, Philippe Zeller, que se jubiló en julio de 2018 y desde entonces el puesto estaba vacante.
Macron ha decidido romper así con una tradición que de forma ininterrumpida elegía a representantes masculinos como interlocutores entre el Vaticano y Francia. Y esta opción ha sido aprobada por el Papa Francisco que ha debido dar el visto bueno para que el nombramiento se haya hecho efectivo.
Elisabeth Beton-Delègue tiene 64 años y ha estudiado en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración, donde se forman las élites francesas. Cuatro de sus alumnos han sido o son presidente de la República. En tanto que embajadora Beton-Delègue ha ocupado puestos en Chile, México y Haití, y antes ha ocupado distintos puestos en Irak y Turquía y ha trabajado como consejera en el gabinete de Michel Barnier cuando era ministro de Asuntos Exteriores.
Como indica la revista Challenges, Elisabeth Beton-Delègue está en "situación regular" como exigen las normas no escritas de la diplomacia según las cuales, los embajadores ante la Santa Sede no están divorciados, ni con pareja estable, ni son militantes de la causa homosexuales. Esto fue lo que bloqueó en 2007 la nominación del escritor Denis Tillinac, divorciado y casado en segundas nupcias, o en 2015 la del antiguo jefe de protocolo de la presidencia de la República, Laurent Stefanini, que afirmaba su homosexualidad, lo que provocó que durante quince meses Francia no dispusiera de embajador ante el Vaticano porque François Hollande se negó a realizar una nueva propuesta.