Francisco en la Misa Crismal: "Ungimos ensuciándonos las manos al tocar las heridas"

El Papa Francisco ha celebrado este Jueves Santo la Misa Crismal para esta Semana Santa de 2019

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha celebrado en la mañana de este Jueves Santo de 2019 la tradicional Misa Crismal de Semana Santa. En su homilía ha instado a los sacerdotes a "ensuciarse las manos" tocando "las heridas, los pecados y las angustias de la gente". Ha asegurado que esto "sana de la mezquindad, del abuso y de la crueldad".

Con la misa Crismal que ha celebrado en la Basílica de San Pedrocomienzan los ritos de la Semana Santa en Roma y se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal. Por ello, la homilía del papa ha estado dedicada a una reflexión sobre la labor sacerdotal. 

Además durante el rito, como es habitual, se han renovado las promesas sacerdotales (pobreza, castidad y obediencia) y también se han bendecido los óleos que durante el año se utilizaran para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal. 

Sobre el rito de la unción, Francisco advirtió de que los sacerdotes no pueden ser "repartidores de aceite en botella".

"Ungimos ensuciándonos las manos al tocar las heridas, los pecados y las angustias de la gente; ungimos perfumándonos las manos al tocar su fe, sus esperanzas, su fidelidad y la generosidad incondicional de su entrega", indico.

Y aseguró que "el que aprende a ungir y a bendecir se sana de la mezquindad, del abuso y de la crueldad".

Francisco ha recordado a los sacerdotes que "el Señor nunca perdió este contacto directo con la gente", mientras que a veces los discípulos le decían que despidiese a la multitud.

Una actitud de querer alejar a la gente que para Francisco fue "el origen del clericalismo", que el Papa siempre indica como uno de los males de la Iglesia.

Ha reiterado que los modelos evangélicos para los sacerdotes deben ser los más desfavorecidos, como los "pobres, ciegos, cautivos y oprimidos".

"Hemos sido elegidos entre ellos y sin temor nos podemos identificar con esta gente sencilla. Ellos son imagen de nuestra alma e imagen de la Iglesia. Cada uno encarna el corazón único de nuestro pueblo", explicó.