Fray Agnello Stoia, párroco de la Basílica de San Pedro: "Para mucha gente llegar aquí es el viaje de su vida"
Hace poco más de un año, este fraile menor empezaba su ministerio como párroco en la Iglesia más importante de la cristiandad pero, ¿qué hace exactamente el párroco de San Pedro?
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Hace poco más de un año que un fraile de la ciudad italiana de Salerno, Fray Agnello Stoia, está al frente de la parroquia más importante del mundo: la de San Pedro en Roma. En el Vaticano hay dos parroquias: la de San Pedro, que concierne a la Basílica y la plaza frente a ella, y la de Santa Ana, que se ocupa del resto del territorio papal. En la primera parroquia, que representa el centro de la cristiandad, este fraile menor preside la pastoral desde junio de 2021.
En el día dedicado a San Pedro y San Pablo, cuando Roma celebraba a sus patronos y el Vaticano a sus fundadores, Fray Agnello Stoia inició su ministerio como párroco en la iglesia más importante de la cristiandad. Más de doce meses vividos en la Basílica, pasados todos muy rápidamente. Dedicado sobre todo a acoger a los peregrinos que, tras el largo parón de la pandemia, ya empiezan a llegar de nuevo en gran número. La actividad en la basílica no para, pero, ¿qué hace exactamente el párroco de la Iglesia más famosa del mundo?
Fray Agnello ha hablado con ECCLESIA sobre su trabajo y sobre su rol en la basílica: “El párroco de la Iglesia más famosa del mundo acoge a la gente en la basílica. Las acoge principalmente durante las celebraciones, pero tiene también un trabajo más escondido porque en la oficina parroquial llegan miles de preguntas, de todo el mundo, para celebrar los sacramentos en San Pedro, especialmente bautizos y bodas”. “A estas personas que vienen para los sacramentos, las acojo, les ayudo, les doy todas las sugerencias posibles para llegar a la Basílica sin problemas”, cuenta el fraile franciscano.
Fray Agnello subraya como “hay gente que cruza el océano para poder venir aquí y celebrar un bautizo o una boda, principalmente por la importancia que tiene este lugar para todo el mundo católico”.
Después de más de un año de trabajo en la Basílica, Fray Agnello confiesa que baja muchas veces "a la tumba de San Pedro para estar físicamente cerca de él”. A partir del 2 de octubre, en la fachada de San Pedro se realizará un videomapping sobre la vida del apóstol. “Es la primera etapa de un gran proyecto”, contaba el jesuita Padre Francesco Occhetta hace unos días a ECCLESIA.
Fray Agnello confirma que hay muchos meses de trabajo detrás de cada proyecto que se hace en la Basílica: “Están los proyectos de la 'Fabbrica di San Pietro', que son más técnicos, o los que organiza 'Il Capitolo di San Pietro', que son más pastorales, y, por lo tanto, más cercanos a mí. Siempre intentamos poner un elemento espiritual o pastoral”.
“Es en la oración que se puede comprender el significado del mensaje que viene de San Pedro, y luego caminando juntos y articulando la parte artística y teológica […] de alguna manera nos llegan sugerencias por todas partes y al final el cardenal Gambetti resume los proyectos y organiza”, cuenta Fray Agnello. En particular, este año, el trabajo realizado les ha llevado, según el fraile franciscano, “a volver a los orígenes, no tanto para mirar al pasado, sino para mirar al futuro. Hay una imagen muy bonita del mundo judío: la memoria es como un barco, cuando nos subimos a él miramos la proa y cuando remamos el futuro lo tenemos detrás y el pasado de frente. Para nosotros, mirar a Pedro es remar hacia adelante”.
Fray Agnello recibe cada día en la basílica a miles de peregrinos, pero, ¿quién es el peregrino para él?: “Es ciertamente una categoría dinámica porque todas las personas que deciden salir de sus casas se ponen esta dimensión de la peregrinación. Es alguien que tiene una meta […] yo hice el Camino de Santiago y cuando caminaba con otras personas les preguntas su motivación y cada uno me decía algo diferente, pero todos éramos peregrinos”.
Dentro de tres años, en el 2025, tendrá lugar en Roma el Jubileo cuyo lema es “Peregrinos de Esperanza” y Fray Agnello admite que están haciendo “ensayos generales”: “Estamos entrenando, sí, es una especie de calentamiento. Seguramente vendrá mucha gente, pero esto no quiere decir que los proyectos que hacemos ahora son para el Jubileo”.
Para el fraile menor es importante obedecer a la voluntad del Santo Padre que San Pedro sea un santuario: “Esta mirada que hacemos ahora sobre el apóstol servirá también para el Jubileo, pero no quiero que la basílica se despierte solamente ese año”. “Pienso más en el hecho de que para mucha gente venir a la Basílica es el viaje de su vida. Entiendes enseguida que son personas con muy pocos recursos económicos y vienen a San Pedro, con todo lo que tienen y con todo lo que significa”, subraya Fray Agnello.
Especialmente a estas personas, el párroco de la Basílica trata de responder “con toda la generosidad posible para que luego, cuando vuelvan a casa, tengan el recuerdo de una experiencia muy profunda que ciertamente viene del apóstol, pero en la cual también ayuda nuestra acogida, una palabra adecuada, un gesto de hospitalidad”.
Preguntado sobre su lugar favorito en la Basílica de San Pedro, Fray Agnello no tiene ninguna duda: el Baptisterio. “Es el lugar donde puedo celebrar la vida y donde puedo hacer un poco de evangelización en el rito de la acogida, en el momento de la homilía, en la presentación de los signos. Se convierte en un momento muy bonito con todas las personas que vienen”.
¿Ve mucho al Papa el párroco de San Pedro?: “Lo veo bastante, pero simplemente porque va a celebrar el Ángelus el domingo y a la Sala Pablo VI, pero de lejos. Una cosa es verlo, otra encontrarse con él”. Por último, preguntado sobre si tiene una palabra para describir la Basílica y tras un momento de reflexión, Fray Agnello lo tiene claro: “Esplendor”.